¡Viva la Inquisición! ¡Muera la Policía!
Desde Francia con Amor... y Revolución.
En 1808, Napoleón Bonaparte decide deponer a los borbones y
pone a su hermano José como Rey de España. Al mismo tiempo el 4 de diciembre de
1808 decreta el fin del Santo Oficio. Posteriormente la Cortes de Cádiz,
vendidas al ilustración francesa, confirma no solo el crimen de la disolución
del Imperio Español sino también de la Inquisición. Esto provoco malestares
entre la población española. La arrogancia de los liberales hizo girar su
crimen en dos ejes:
1.-La Inquisición debía ser abolida por el Estado. (Falso,
si el Papa instituyó la Inquisición solo el podía deponerla)
2.-Se debía dejar a la Iglesia sin protección del Estado,
basta únicamente con la protección de Dios (Falso, la Iglesia no es solo el
clero sino los feligreses, no darle garantías a la Iglesia es dejar a los
españoles sin protección)
Esta violación clara de la Separación Iglesia-Estado
sometiendo la primera a la segunda, fue clara en las Cortes de Cádiz de 1810.
La Venganza de la Masonería.
Suprimida la Inquisición, a pesar de los numerosos
memoriales que pidiéndolo se dirigieron tanto de Cabildos, Universidades y
Monasterios como de Ciudades y Consejo y aun de Generales, quizá sintiéndose
obligado con la Santa Alianza, que le exigiera tal conducta. Y le bastaba con
lo falso y artero que siempre fue este Rey Borbón.
¿Que vino después? El establecimiento del Código Civil y el Código
Penal de masónica inspiración. Es entonces los malvados "libres
pensadores" abogando por la "tolerancia" liberal quedan sin
freno para lanzar su veneno y practicar la intolerancia religiosa contra los
frailes, los curas, las monjas y todo el clero. Masones dirigen una turba
enardecida y toman por asalto el Colegio de la Compañía de Jesús en Madrid,
asesinan a siete Jesuitas entre ellos al Padre José Fernández a quien
martirizan con aceite hirviendo. Otro grupo mas llega al convento de san
Francisco donde son asesinados 22 frailes, 3 coristas, 11 legos y 9 donados.
La masonería festejaba con sangre y muerte el fin de la Inquisición
en España. En total mas de 3140 conventos y edificios eclesiásticos son
asaltados en toda España, la masonería cumple su misión. ¿Y porque este
infernal odio de la masonería y los liberales? Porque primero, había que
desaparecer al clero para poder acabar con la Iglesia. Napoleón se quejó en una
carta fechada en 1810 a su hermano José que los principales instigadores contra
su conquista y dominio en España era la Santa Inquisición y los frailes. No podía
sobornarlos o doblegarlos, no podía contar con muchos traidores a la Iglesia.
En fin, fueron ellos los que impidieron el establecimiento de su poder en
España.
El pueblo se defiende.
Hartos de los abusos, el pueblo español tomo cartas en el
asunto. La agitación a favor del Santo Oficio era tal que la gente comenzó a
organizarse en secreto, desde Cataluña, Valencia, Murcia, Granada, Extremadura,
las Castillas, Aragón, Galicia, León y Navarra comenzaron su camino a la lucha.
La Junta Superior de Galicia, los ayuntamientos de Sevilla y Málaga, los de
Santiago, Pontefarra, Puebla de Sanabria y Orense, los diputados del gremio del
mar de Vivero, 17 generales y una gran parte de los ejércitos de España
levantaron su voz a favor de la Inquisición. Comienza pues a gestarse contra la
oligarquía liberal y masónica un movimiento urbano, pueblerino y católico entre
parroquias.
Finalmente estalla el 14 de abril de 1814 desde Sevilla:
¡Viva la Inquisición! ¡Vivan los Frailes! Era la Guerra una vez mas. Fernando
VII esta desesperado. Sus planes no son como se lo aconsejaron la camarilla de
masones. Presionado mas nunca convencido, se restableció la Inquisición de
manera anárquica bajo el titulo de "Juntas de Fe" pero carecía de la
institucionalidad que se requería.
La Guerra de los Agraviados.
Aparece en las calles de Madrid el Manifiesto de la Federación
de los Realistas puros a los Españoles, firmado en Madrid el 1 de noviembre de
1826 y en el que se pedía el derrocamiento del estúpido y criminal Fernando de
Borbón en favor de su hermano. ¿De que se quejan los agraviados? De lo
siguiente:
- Que no se restableciera el Santo Oficio de la Inquisición.
- De las relaciones del Rey con los liberales.
- Del reformismo del gobierno del Rey: los realistas que aparecen en el gobierno creen que tiene que haber reformas para que se sostenga el régimen católico de España.
- Reglamentos de los Voluntarios de la Realiza o Realistas.
La Guerra estalla en marzo de 1827 y concluye en septiembre
del mismo año, cuando se desplaza Fernando VII y acaba con el movimiento.
Derrotados. Aceptaron la situación. Y es que los Agraviados o Malcontents que
en 1827 se rebelaron en Cataluña contra el “despotismo ministerial” de la
última década del reinado de Fernando VII, no pudiendo creer que el Rey
Católico gobernara de esa manera por su propia voluntad y así, derrotados y sin
lograr nada volvieron s sus hogares y lo hicieron bajo este lema: ¡Viva la Inquisición!
¡Muera la Policía!
Habiendo muerto en 1833 Su Majestad Fernando VII, doña María
Cristina de Borbón, como gobernadora del Reino, decidio finalmente destruir y
desmantelar el Santo Oficio el 15 de Julio de 1834.
Continuara…
Bibliografía.
Inquisición: Historia Critica. R. García Cárcel y D. Moreno.
La Inquisición Española. Henry Kamen.
Inquisición sobre la Inquisición. y La Inquisición. Las diez
sorpresas. Alfredo Junco.
La leyenda negra y la verdad histórica: contribución al
estudio del concepto de España en Europa. Julián Juderías y Loyot.
Proceso contradictorio a la Inquisición española. Jean
Dumont.
Historia de los heterodoxos españoles. Marcelino Menéndez
Pelayo.
La Inquisición en Hispanoamérica. Salvador Abascal Infante.
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