La Institución del Santo Oficio.


Francia: De su Conversión al Cristianismo a la herejía Catara.

"Curva tu cabeza, sicambro; adora lo que quemaste, y quema lo que adoraste"
San Rémy, Obispo Cristiano de Reims.

En el siglo V DC en Occidente las Naciones Bárbaras eran su mayoría herejes arrianas o paganas. Sin embargo todo cambiaría.

En la ciudad francesa de Reims en la Navidad del año 499 DC. el rey franco Clodoveo I es bautizado en la Fe Católica por intercesión del Obispo San Rémy y su esposa Clotilde, Clodoveo entonces decide ser coronado según el rito Cristiano en la ciudad de Reims en una tradición que durara hasta Carlos X de Francia en 1825. De esta forma el Reino Franco, que tras su conversión al Cristianismo, derroto a sus enemigos Arrianos.

En el periodo que ocurrió entre el rey Clodoveo I y su ultimo descendiente Childerico III, la Iglesia Católica del Reino Franco unida siempre al Obispo de Roma, estableció pequeños tribunales de justicia amparados en el Derecho Común Franco y el Derecho Romano post-clásico. La Inquisición aunque embrionaria e invisible comenzó aquí, de manera primitiva retomo los juicios y castigo la herejía con penas que iban desde las multas espirituales (hacer penitencia) hasta la excomunión y exilio.


Si el crimen era agravado por adulterio, infidelidad, idolatría, hechicería, robo, violación y/o asesinato, el tribunal podía incluso llegar a aplicar la pena capital. Desafortunadamente no hay mucho escrito sobre esto, principalmente porque durante esta etapa muchos escritos se perdieron durante las guerras internas de los francos que siguieron a la muerte de Clodoveo.

Para el fin del primer milenio cristiano, la Francia de Merovingio estaba sumamente convulsionada por las cruzadas, las peleas constantes entre los señores feudales y la creciente herejía albigense o mejor conocida como catarismo. Esta doctrina nacida de ideas maniqueas y gnósticas no solo negaba los dogmas de la Iglesia y los sacramentos, sino que amparada bajo los nobles (que la usaban como escudo contra el clero francés y los reyes francos) podían crear feudos independientes en el aspecto religioso y social.

El Papa Eugenio III en año 1147 haciendo caso de la queja del episcopado francés, manda varios legados papales a las zonas bajo influencia catara, y promueve la evangelización del occidente francés en garras de los herejes, para esa misión se uso al máximo defensor de la Unidad de la Iglesia, su maestro y padre espiritual san Bernardo de Claraval.


San Bernardo era un monje benedictino que había triunfado predicando contra el cisma del antipapa Anacleto, logrando el apoyo total al Papa Inocencio II, así pues, san Bernardo parecía el hombre adecuado para tal misión. San Bernardo tuvo pequeños éxitos siempre mermados por la oposición de la nobleza francesa que habían adoptado en secreto la herejía catara. 

San Bernardo ni lento ni perezoso, escribió el Papa Eugenio III sobre el apoyo económico que daban los nobles a los herejes. Para ese entonces el Papa cambia de estrategia, y para contener la herejía usa su influencia sobre los nobles franceses. Sin embargo la herejía aunque contenida, no se erradicaba, faltaba algo que lograra censurar y castigar a los herejes.


La Bula Ad Abolendam.

El Episcopado Francés reuniendo el apoyo del pueblo cristiano mandan pedir auxilio a Roma para frenar de una vez por todas la herejía catara, el Papa Lucius III entonces decreta la Constitución Pontificia Ad Abolendam en el año 1184. De esta manera, se crea un tribunal eclesiástico para censurar y excomulgar a los herejes cataros (y de otras índoles) mediante el uso de su autoridad episcopal. También remite que el uso de la tortura de los herejes quedaría en manos única y exclusivamente del Reino de Francia, y no de la Iglesia Católica, respetando así la separación Iglesia y Estado de la reforma del Papa Gregorio VII apenas 100 años antes.

Se creaba entonces, de forma embrionaria, la Inquisición para asuntos de Fe y Doctrina, un cuerpo colegiado de Obispos Franceses que debía hacer 4 cosas:

  • Reunir a sacerdotes y obispos de fama intachable y nobleza para crear un cuerpo colegiado. 
  • Obligaba a los Obispos a revisar a los sacerdotes de sus diócesis dos veces por año.
  • Obligaba a los Obispos a investigar si los fieles tenían reuniones secretas o se sospechaba de algún hereje.
  • Se hacia hincapié en la recta enseñanza de la Iglesia como Única Fuente de Revelación frente a la herejía.


Así pues, Lucio III enfoco su mirada en oriente, a la llamada de auxilio que envió el rey latino de Jerusalén, Balduinio IV ante la creciente amenaza del Sultán de Egipto y Siria, Saladino y se comenzó a prepara una cruzada. Entre tanto, el Episcopado Francés comenzó a organizarse para frenar y erradicar la herejía catara de una vez por todas.


Intentos Pacifico para combatir la Herejía Albigense.

Una vez que el Episcopado Francés en 1200 logra impermear la Francia Oriental y Meridional de la herejía catara, se concierta un matrimonio entre la Casa de Aragón y la Casa de Tolosa, así, el Conde Ramón VI de Tolosa seria cuñado de Pedro II de Aragón, rey católico y súbdito del Papa. Así se terminaría con la disputa que comenzó 30 años atrás, y ambas casas de hermanarían.

El Papa Inocencio III vio ventajoso este matrimonio, pues con una reina tan profundamente devota como Eleonor de Aragón, la herejía catara que se había enraizado en sus nobles seria mermada lentamente. Y así ocurrió, entre la profunda ortodoxia de Eleonor y el deseo político de Ramón IV de mantenerse cerca de la alta política europea.

Muchos misioneros comenzaron a erradicar la herejía en los pueblos, sin embargo, la nobleza catara, acostumbrada a no tener que darle tributo a Roma, comenzó a resistir. Los legados papales llevaron la queja ante el Santo Padre quien respondió llamándole la atención a Ramón IV y Pedro II para una rápida y pacifica evangelización de los cataros, que si bien, el pueblo occitano lentamente abrazaba la Fe Cristiana, no así sus nobles que no querían nada con el Papado.


Inocencio III si bien confiaba en Pedro II de Aragón, no así en su política casi siempre pragmática frente al problema cátaro. Todo se viene abajo, cuando el legado papal, el monje Pierre de Castelnau (amigo intimo de Santo Domingo de Guzmán) tras sospechar de que Ramón IV de Tolosa permitía la herejía catara para mantener quieta a la nobleza tolosense, lo excomulga en 1207, furioso y temeroso Ramón IV intento por todos los medios contactar con el monje Pierre.

Gracias a la mediación de Leonor, Ramón IV y el monje Pierre se reunieron en 1208 en la abadía de Saint Gilles, tras una candente discusión que no llego a nada, Pierre de Castelnau fue brutalmente asesinado por el escudero de Ramón IV. Aunque el escudero confeso ser autor material e intelectual, nadie le creyó, y desde Roma se confirmo la excomunión de Ramón IV de Tolosa.

El Papa Inocencio III intento convencer al rey francés Felipe II, pero declino muchas veces debido al conflicto de Juan Sin Tierra, Inocencio III no le confió la cruzada a Pedro II de Aragón, mas que nada, por temor a que Pedro II pactara con la nobleza catara.


De la Cruzada contra la Herejía Albigense al Concilio de Tolosa de 1229.

La cruzada contra el catarismo comenzó oficialmente en 1209, Inocencio III lanzaba entonces un llamado contra los cataros y su irracional odio a Cristo y su Iglesia. Se uso como bandera, el asesinato de Pierre de Castelnau y el odio hacia Ramon IV de Tolosa.

La cruzada se desarrollo en 3 fases:

i. De 1209 a 1213. Las luchas entre la nobleza tolosense; entre los conversos al cristianismo que eran afines de los Capetos y los cataros que eran afines a Pedro II y Ramón IV de Tolosa. Ocurre la Batalla de Muret, donde finalmente Felipe II de Francia manda a su vasallo el Conde Simon IV de Montfort y enfrenta a Ramón IV de Tolosa y Pedro II de Aragón donde este ultimo moriría.

ii. De 1220 a 1229. La muerte de Simón IV de Montfort en el asedio de Tolosa contra Ramón IV y sus fuerzas mitad occitanas y aragonesas y la intervención militar del rey Luis VIII de Francia y que con la firma del Tratado de Meaux-Paris, el Condado de Tolosa pasaría a anexarse al Reino de Francia. 

iii. De 1229 a 1239. Donde la Inquisición lanzaría su maquinaria para frenar a los herejes cataros.


Es aquí donde nos detendremos para entender como la Inquisición erradico la herejía catara. Primero, entendamos su procedimiento, según lo dicho, el procedimiento ocurrió así en 1229:

Los acusados carecían de abogado defensor pues no existía tal figura jurídica; eran admitidos los testigos infames, pero el acusado podía rechazar a sus enemigos personales; los nombres de los testigos eran ignorados por el reo; el inquisidor, personas prudentes e instruidas, podía rechazar a los acusadores del reo; el reo tenía derecho además a presentar en su descargo testigos jurados de su ortodoxia. De esta manera, los herejes cataros inconversos serian llevados a juicio, en especial los nobles tolosenses.

Posteriormente la Inquisición Católica quedo en manos de la Orden de los Hermanos Predicadores o Dominicos, quedando la orden siempre enlazada a la Inquisición. Todo esto auspiciado y aprobado por el Concilio de Tolosa de 1229.


Bulas Excommunicamus y el Procedimiento Inquisitorial.

Tras el éxito de la cruzada contra el catarismo, el Papa Gregorio IX promulga la Bula Excommunicamus, de esta manera, se crea la Inquisición Pontificia dirigida por prominentes teólogos dominicos, y respondía únicamente al Papa Gregorio IX. De esta forma, Gregorio IX podía llevar a juicio y el personalmente llevar el asuntos sobre aquellos Obispos que cayeran en cisma, herejía o apostasía.

De igual forma, esto freno los abusos de muchos obispos inquisidores en Francia, que por quedar bien con el señor feudal o con el rey mismo, cometían “salvajadas”, así también el Papa separaba de los reyes y emperadores el crimen de herejía, es decir; le daba al clero una independencia frente a los reyes y emperadores que fingieran preocupación por la pureza de la Fe y usaran el crimen de herejía con fines políticos como pasaba en el Imperio Bizantino.

Así pues, la independencia de los tribunales de la Inquisición frente al poder de los reyes y emperadores, dio siempre una imparcialidad digna de aplaudir y que no se tenia en los tribunales civiles que estaban tristemente manejados por la política del reino. Si bien había dos tribunales, la Inquisición Episcopal y la Inquisición Pontificia creada por Gregorio IX, ambos coexistían con los tribunales civiles.


El procedimiento entonces quedaba establecido así:

Los acusados carecían de abogado defensor sin embargo podía defenderse ellos mismos ante cualquier acusación.

Eran admitidos los testigos infames pero el acusado podía rechazar a sus enemigos personales, es decir, podría presentarse cualquiera para acusar pero si el que acusaba era enemigo personal del acusado se rechazaba su testimonio. Los nombres de los testigos eran ignorados por el reo, es decir, el acusado no podía saber que testigos estaban en su contra, pero podría defenderse de esas acusaciones.


El inquisidor, personas prudentes e instruidas, podía rechazar a los acusadores del reo, es decir, si el testimonio no le parecía suficiente al Inquisidor, se rechazaba la acusación. Las acusaciones debían ser firmadas ante Notario Publico, no se aceptaban denuncias anónimas. 

El reo tenía derecho además a presentar en su descargo testigos jurados de su ortodoxia. Si el reo se declaraba culpable y pedía clemencia, se le daba Auto de Libertad inmediata, sometido a Penitencia Espiritual.


A partir del 1252 la Bula Ad Extirpanda admite la tortura pero siempre con un medico. Y no podría emplearse siempre, sino en criminales de suma gravedad cuando el Juicio Oral fallaba. Las torturas aceptadas y hechas por la Inquisición fueron: El Cordel, La Garrucha y La del Agua.

Las cárceles de la Inquisición por otro lado eran distintas a las cárceles del Estado. Eran piezas altas, sobre bóvedas con luz, secas. Había celdas individuales y plurales. Los penados tenían camas con sabanas, mantas y almohadas, sillas y una mesa. Había médicos y capellanes, se les administraba comida tres veces al día y si el penado era acomodado, podía llevar a sus sirvientes para que le sirvieran.


La Inquisición entonces fue aceptada y pedida en los reinos de Flandes, Bohemia, Aragón, Francia, Dos Sicilias, Nápoles, Roma, Florencia, Venecia, Alemania, Castilla y Portugal.

Posteriormente en Francia a partir de 1430, la Inquisición fue desbaratada y los herejes comenzaron a ser censurados por el Parlamento Francés, hasta su desintegración en 1789 con la Revolución Francesa.

Continuara…

Ir al tema iv. —> Proceso y procedimiento.
______________________________
Bibliografia.

Clovis (Clodoveo) Godefroid Kurth.
Inquisicion: Historia Critica. R. Garcia Cárcel y D. Moreno.
La Inquisicion Española. Henry Kamen.
Inquisicion sobre la Inquisicion. y La Inquisición. Las diez sorpresas. Alfredo Junco.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Preguntas difíciles para los testigos de Jehová.

40 Preguntas para hacerle a un protestante.

¿Por qué los católicos bautizan por aspersión o por infusión?