La Iglesia es universal, San. Fco de Sales

San Fransico de Sales, Carta abierta a los protestantes.


seccion # 6 y final.



la Universalidad o Catolicismo.


El gran padre Vicente de Lérins, en su muy util Memorial, dice que, sobre todo, tenemos que tener mucho cuidado en creer "lo que siempre fue creido, en todas las partes y por todos".... (Hay un corte en el manuscrito original. En la primera parte del parrafo trunco el Santo parecia decir que los) como los feriantes y hojalateros, porque todos los demas nos llaman catolicos; porque si a esto anadimos romano, no es sino para ensenar al pueblo la sede del obispo que es pastor general y visible de la Iglesia, y ya desde el tiempo de San Ambrosio (De excessu Sat., § 47) era lo mismo estar en comunion con Roma y ser catolico.

Pero en cuanto a vuestra iglesia, se llama en cualquier lugar Hugonote, Calvinista, Zuingliana, herética, pretendida, protestante, nueva o Sacramentaria; vuestra iglesia no existia antes de estos nombres, ni estos nombres antes de vuestra iglesia, porque son nombres propios; nadie os llama catolicos: ni siquiera vosotros mismos os atrevéis a hacerlo. Sé bien que entre vosotros vuestras iglesias se llaman reformadas, pero tienen el mismo derecho sobre este nombre los luteranos, ubiquistas, anabaptistas, trinitarios y otros engendros de Lucifer, y ninguno nunca os lo cedera. El nombre de religion es comun a la iglesia de los judios y a la de los cristianos, a la antigua Ley y a la nueva; el nombre catolico es propio de la Iglesia de Nuestro Senor; el nombre de reformada es una blasfemia contra Nuestro Senor, que formo y santifico su Iglesia en su Sangre, de tal manera que nunca tuviera que ser reformada aquella que es hermosa esposa (Ct 4,7)y columna y apoyo de la verdad (1Tm 3,15).

Se pueden reformar los individuos y los pueblos, pero no la Iglesia ni la religion, porque, si ella era Iglesia y religion, estaba bien formada, ya que a la deformación se llama herejia e irreligion. El rojo de la sangre de Nuestro Senor es demasiado vivo y fino para tener necesidad de nuevos colores; vuestra iglesia, por ende, llamandose reformada, se separa de la formación que el Salvador le habia dado.

No puedo dejar de deciros lo que entienden Beza, Lutero y Pedro Martir. Pedro Martir llama a los luteranos luteranos, y dice que vosotros sois sus hermanos; por consiguiente, sois luteranos. Lutero os llama fanaticos o Sacramentarios; Beza llama a los luteranos consubstancialistas y quimicos, y a pesar de eso, los considera como iglesia reformada. He aqui, pues, los nuevos nombres que estos reformadores se dan unos a los otros; vuestra iglesia, por ende, no teniendo siquiera el nombre de catolica, no puede en conciencia recitar el Simbolo de los Apostoles, o entonces os juzgais a vosotros mismos, ya que, confesando que la Iglesia es Catolica y Universal, persistis en la vuestra que no lo es. (F. de Sales, Carta abierta 1311) Verdaderamente, si San Agustin viviese ahora, se mantendria en nuestra Iglesia, ya que ésta, desde tiempos inmemoriales, siempre tuvo el nombre de catolica.


La verdadera Iglesia debe ser antigua.

Para que la Iglesia sea catolica debe ser universal en el tiempo, y para ser universal en el tiempo debe ser antigua; por consiguiente, la antigüedad es una propiedad de la Iglesia, y, en comparación con las herejias, debe ser mas antigua y precederlas, porque, como muy bien dice Tertuliano (Apologética, cap. 43; Contra Marcos, lib. 4, cap. 5), si la falsedad es una corrupción de la verdad, la verdad debe precederla. La buena simiente es sembrada antes de que el enemigo siembre la cizana (Mt 13,24-25); Moisés es anterior a Abiron, Datan y Coré; los angeles anteriores a los diablos; Lucifer estuvo de pie en pleno dia antes de caer en las tinieblas eternas; la privación debe seguir la forma.

San Juan dice de los heréticos: De entre nosotros han salido (1Jn 2,19), es decir, estaban dentro antes de salir de alla. La salida es la herejia, estar dentro es la fidelidad. La Iglesia precede la herejia; del mismo modo, la tunica de Nuestro Senor estuvo entera antes de haber sido dividida (Jn 19,23-24); y a pesar de que Ismael fue anterior a Isaac, no quiere esto decir que la falsedad sea anterior a la verdad, sino que la sombra verdadera del judaismo es anterior al cuerpo del Cristianismo, como dice San Pablo (He 10,1).


La Iglesia Catolica es antiquisima, y la pretendida es totalmente nueva.

Decidnos ahora, por favor, si podéis senalar el tiempo y el lugar en el cual por primera vez nuestra Iglesia salio a luz desde el Evangelio, y el autor y el doctor que la convoco; emplearé las mismas palabras que un doctor y martir de nuestra época (Beato Edmundo Campion, Decem Rationes, § 7, Historia), dignas de ser bien pesadas: "Reconocéis -y no podria ser de otro modo- que la Iglesia romana fue santa, catolica y apostolica: -cuando merecio los santos loores del Apostol: vuestra fe es celebrada por todo el mundo (Rm 1,8); continuamente hago memoria de vosotros (Rm 1,9); y sé de cierto que en llegando a vosotros, mi llegada sera acompanada de una abundante bendición del Evangelio de Cristo (Rm 15,29); a vosotros os saludan todas las Iglesias de Cristo (Rm 16,16)porque vuestra obediencia se ha hecho célebre por todas partes (Rm 16,19), ya que San Pablo, en libertad vigilada, alli sembro el Evangelio (Ac 28,30-31 2Tm 2,9); -cuando estando en ella San Pedro goberno la Iglesia reunida en Babilonia (1P 5,13); -cuando Clemente, tan loado por el Apostol (Ph 4,3), estuvo a su timon; -cuando los césares profanos Neron, Domiciano, Trajano, Antonino, mataron a los obispos romanos en la época en que Damaso, Siricio, Anastasio, Inocencio tenian el gobierno apostolico; y aun en el testimonio de Calvino, ya que libremente confiesa que en aquel tiempo aun no se habian extraviado de la doctrina evangélica.

Sabiendo esto, ¿cuando perdio entonces Roma esta fe tan celebrada? ¿Cuando dejo de ser lo que era? ¿En qué época, bajo qué obispo, por qué medio, por qué fuerza, por causa de qué progreso la religion extrana se apodero de la ciudad y del mundo entero? ¿Qué voces, qué perturbaciones, qué lamentaciones suscito? ¿Acaso dormian todos en el mundo entero mientras Roma, digo bien, Roma, forjaba nuevos sacramentos, nuevos sacrificios y nuevas doctrinas? ¿No es extrano que ni siquiera un historiador, ni griego ni latino, ni local ni extranjero, haya dejado una alusión, en sus comentarios o memorias, a un acontecimiento tan grande"? Ciertamente, seria un caso insolito si los historiadores, que muestran tanta curiosidad en senalar la menor transformación de las ciudades y pueblos, hubiesen olvidado la mas formidable de cuantas se pueden hacer, que es la transformación de la religion, en la ciudad y region mas importante del mundo, como eran Roma e Italia. Decidme, senores, si sabéis cuando comenzo nuestra Iglesia ese pretendido error; decidnoslo con franqueza, porque es cosa cierta que, como dice San Jeronimo (Contra Lucifer § 28), haereses ad originem revocasse refutasse est. Remontemos el recorrido de la historia hasta los pies de la cruz mirando a uno y otro lado: nunca veremos una época, un paso, en que esta Iglesia catolica haya mudado de rostro: siempre sigue siendo ella misma, en su doctrina y en sus sacramentos.

A este respecto, no necesitamos mas testimonios contra vosotros del que los ojos de nuestros padres y abuelos, para decir cuando comenzo vuestra iglesia. En el ano de 1517, Lutero comenzo su tragedia, y en los anos de 1534 y 1535 se llevo a la escena una pieza dramatica en estas tierras, y Zwinglio y Calvino fueron los dos principales personajes. ¿Queréis que os diga con todos los pormenores por qué sucesos y acciones, debido a qué fuerzas y violencia, esta reforma triunfo en Berna, Ginebra, Lausana y otras ciudades? ¿Qué lamentos y perturbaciones engendraron? Vemos y sentimos que no os agradaria este relato: en una palabra, vuestra iglesia no tiene aun ochenta anos, su autor es Calvino, y sus efectos son la desgracia de nuestra época.

Y si queréis hacerla mas antigua, decidnos donde estuvo anteriormente; no digais que era invisible, porque si no se veia, ¿quién sabe donde podria haber estado? Ademas de eso, Lutero os contradice, ya que afirma que al principio estaba solo. Luego, si Tertuliano, ya en su tiempo, afirma que los catolicos rechazaban a los herejes por su novedad y posteridad, siendo asi que la Iglesia no era aun sino una adolescente -Solemus, haereticos, compendii gratia, de posteritate praescribere- (Contra Hermog., cap. 1)¿cuanta mas razon tendremos ahora nosotros? Porque, si una de nuestras dos iglesias debe ser verdadera, ese titulo pertenece a la nuestra, que es antiquisima, y a vuestra novedad le toca el infame titulo de herejia.


La verdadera Iglesia debe ser perpetua.

Aunque la Iglesia fuese antigua, no seria universal en el tiempo si hubiese desaparecido en alguna época. La herejia de los Nicolaitas es antigua, pero no universal, ya que duro pocos anos, y como una borrasca, que parece querer mover todo el mar y de prisa desaparece, o como un hongo, que nace de cualquier mal vapor, en una noche aparece y en un dia se pierde, de la misma manera todas las herejias, por muy antiguas que hayan sido, todas desaparecieron, mientras la Iglesia dura perpetuamente. ¿Acaso no recordais las palabras del Senor: Cuando Yo seré levantado en la tierra, todo lo atraeré a Mi (Jn 12,32)? ¿No fue levantado en la cruz? ¿Como entonces dejaria la Iglesia, que habia atraido, abandonada en la mitad del camino? ¿Como abandonaria esta presa que tan cara Le costo? El diablo, principe de este mundo, ¿habria sido vencido por el arbol de la cruz solamente por 300 o 400 anos, para volver a ser amo durante mil anos? ¿A tal punto queréis vaciar la cruz de su fuerza? ¿Tan inicuamente queréis comparar a Nuestro Senor, poniendo una alternativa entre él y el diablo? En la verdad, cuando un hombre valiente bien armado guarda la entrada de su casa, todas las cosas estan seguras.

Pero si otro mas valiente que él asaltandolo lo vence, lo desarmara de todos sus arneses, en que confiaba, y repartira sus despojos (Lc 11,21-22). ¿Ignorais que Nuestro Senor ha ganado Su Iglesia con Su Sangre (Ac 20,28)? ¿Quién podra entonces quitarsela de sus manos? Tal vez digais que puede conservarla, pero no quiere; entonces acusais su providencia. Dios dio dones a los hombres, apostoles, profetas, evangelistas, pastores, doctores, para la consumación de los santos, en función del ministerio para la edificación del Cuerpo de Cristo (Ep 4,11-12). ¿La consumación de los santos estaba ya hecha hace mil cien anos? La edificación del Cuerpo Mistico de Nuestro Senor, que es la Iglesia, ¿estaba ya terminada? O dejais de llamaros constructores, o decid que no; y si no estaba terminada, ¿por qué hacéis dano a la bondad de Dios, diciendo que quito a los hombres lo que anteriormente les habia dado? Los dones y gracias de Dios son irrevocables (Rm 11,29), o sea, no los otorga para volver a quitarlos.

Su providencia divina conserva perpetuamente la generación del pajarillo mas pequeno del mundo; ¿como, pues, abandonaria su Iglesia, que Le costo toda su Sangre, trabajos y sufrimientos? Dios saco a Israel del Egipto, de los desiertos, del Mar Rojo, de las calamidades y cautiverios; ¿como creeremos que abandonaria el Cristianismo en la incredulidad? Si tanto amo a su Agar, ¿como despreciaria a Sara? Refiriéndose a la Iglesia, canta el salmista: Dios la ha fundado para siempre (Ps 47,9); su trono (y habla de la Iglesia, trono del Mesias) resplandecera para siempre en mi presencia, como el sol, y como la luna llena, y como testimonio fiel del cielo (Ps 88,37-38); Haré que subsista su descendencia por los siglos de los siglos (Ps 88,30); Daniel la llama reino que no se desvanecera eternamente (Da 2,44); el angel dice nuestra Senora que su reino no tendra fin (Lc 1,33); Isaias dice de Nuestro Senor: si se da a si mismo en expiación, vera descendencia, alargara sus dias (Is 53,10); y en otro lugar: Asentaré con ellos eterna alianza... Cuantos los vieren los conoceran por ser ellos el linaje bendito del Senor (Is 61,8-9). Nuestro Senor, hablando de la Iglesia, ¿no dijo que las puertas del infierno no prevaleceran contra ella (Mt 16,18), y no prometio a los Apostoles, para ellos y para sus sucesores: Yo estaré siempre con vosotros, hasta la consumación de los siglos (Mt 28,20)? Si este designio o estas obras son de los hombres, dice Gamaliel, desapareceran, pero si son de Dios no podréis destruirlas (Ac 5,38-39).

La Iglesia es obra de Dios: ¿quién podra destruirla? Dejad a esos ciegos, porque toda planta que mi Padre Celestial no ha plantado, arrancada sera de raiz (Mt 15,13). Pero la Iglesia fue plantada por Dios, y nadie podra arrancarla. Dice San Pablo que todos reviviran en Cristo, pero cada cual a su vez: Cristo como el primero, después los que son de Cristo, y después sera el fin (1Co 15,23); no hay interrupción entre los que son de Cristo y el fin, visto que la Iglesia debe durar hasta el fin. Es forzoso que Nuestro Senor reine entre sus enemigos hasta que haya sometido a sus adversarios debajo de sus pies (Ps 109,1-2; 1Co 15,25). ¿Y cuando los sujetara a todos sino al fin de los tiempos, en el dia del juicio? Entretanto, es necesario que reine en medio de los enemigos. ¿Y donde estan sus enemigos sino en la tierra? ¿Y donde reina él sino en su Iglesia?

Si esta Esposa murio después de haber recibido la vida del costado de su Esposo dormido en la cruz, si murio, pregunto, ¿quién la resucitara? (Aqui se repiten varias partes de un parrafo anterior.) La resurrección de un muerto no es un milagro menor que el de la creacion. En la creación, Dios dijo, y fue hecho (Ps 148,5); inspiro el alma viviente (Gn 2,7), y ni bien la inspiro, el hombre comenzo a respirar. Pero Dios, queriendo reformar al hombre, empleo treinta y tres anos, su Sangre y Agua y murio en el madero. Quien diga, pues, que la Iglesia esta muerta o perdida acusa la providencia del Nuestro Salvador; quien se dice restaurador o reformador, como Beza llama a Calvino, Lutero y los demas, se atribuye la honra debida a Jesucristo y se hace mas que los Apostoles.

Nuestro Senor puso el fuego de Su caridad en el mundo (Lc 13,49); los Apostoles, con el halito de su predicación, lo esparcieron y lo hicieron correr por el mundo entero. Ahora se dice que se habia extinguido por el agua de la ignorancia y de la supersticion. ¿Quién podra volver a encenderlo? Soplar no sirve de nada. ¿Acaso sera preciso golpear de nuevo con los clavos y la lanza a Jesucristo, Piedra Viva, para hacer brotar un nuevo fuego? De lo contrario, tendriamos que colocar a Lutero y a Calvino como piedra angular del edificio eclesiastico. Dice San Agustin a los Donatistas (In Ps 101, Sermo 2, § 7): ¡"Oh voz desvergonzada: que la Iglesia no exista porque tu no estas con ella"! No, no -dice San Bernardo (Sermo 79 in Ct )- vinieron las torrentes, soplaron los vientos, pero ella no cayo, porque estaba fundada sobre la roca y la roca era Cristo (1Co 10,4).

¿Y entonces estan condenados todos nuestros antepasados? Ciertamente que si, si la Iglesia hubiese perecido, porque fuera de la Iglesia no hay salvacion. ¡Oh, qué correspondencia! ¡Riense ahora de nuestros antepasados, que tanto sufrieron para conservarnos la herencia del Evangelio, considerandolos locos e insensatos! Exclama San Agustin (De unitate Ecclesiae): "¿Qué nuevas nos traéis? ¿Tendremos que sembrar de nuevo la buena simiente para que crezca hasta la siega la que ya fue sembrada (Mt 13,30)? Porque, si decis que la que sembraron los Apostoles esta perdida por todos lados, os responderemos: leednos esto en las Escrituras, y no podréis leerlo sin falsificar lo que esta escrito: que la simiente que al principio se sembro crecera hasta el tiempo de su siega". La buena simiente son los hijos del Reino; la cizana son los hijos del maligno, la siega es el fin del mundo (Mt 13,30-39). No digais, pues, que la simiente fue ahogada o abolida, porque ella crece hasta el fin de los tiempos. La Iglesia no fue abolida cuando pecaron Adan y Eva, pues no era Iglesia, sino solo el principio de la Iglesia; ademas de eso, no pecaron de doctrina ni de creencia, sino de obra.

Tampoco cuando Aaron levanto el becerro de oro, porque Aaron no era el sumo sacerdote ni el jefe del pueblo, sino Moisés, que no idolatro, como tampoco lo hizo la tribu de Levi, que se unio a Moisés. Ni cuando Elias se lamento de estar solo (1S 19,14), porque no hablaba mas que de Israel, mientras que Juda era la mejor y principal parte de la Iglesia; ademas de eso, lo que dice no es mas que una forma de hablar para mejor expresar la justicia de su queja, ya que entonces habian siete mil hombres que no habian abandonado la idolatria (1S 19,18). Tratase de ciertas expresiones y demostraciones vehementes, propias de las profecias, que no deben verificarse sino de manera general, como tratandose de una desdicha, como cuando David dijo: Non est qui faciat bonum (Ps 13,3); o San Pablo: Omnes quaerunt quae sua sunt (Ph 2,21).

Ni tampoco cuando llegue la separación y la apostasia (1Th 2,3), ni cuando cese el sacrificio (Da 12,2), ni cuando el Hijo del hombre no hallara fe sobre la tierra (Lc 18,8), porque esto se verificara en los tres anos y medio que reinare el Anticristo, durante los cuales, sin embargo, no perecera la Iglesia, pues sera alimentada en las soledades del desierto, como dicen las Escrituras (Ap 12,14).

Os diré, como ya lo he hecho anteriormente (art. 14): mostradme una decena de anos, desde que Nuestro Senor subio al cielo, en que nuestra Iglesia no haya existido: lo que os impide decir cuando comenzo nuestra Iglesia es que siempre existio. Porque, si quisiereis, de buena fe, esclarecer todo esto, Sanders, en su Visible monarchie y Gilberto Génébrard, en su Chronologie, os facilitaran suficientes luces, y sobre todo el docto César Baronius, en sus Annales.. Y, si no queréis comenzar a abandonar los libros de vuestros maestros y no tenéis los ojos cubiertos por una excesiva pasión, bastaria leer con atención las Centuries de Magdeburg para que vieseis por todos lados nada mas que las obras de los catolicos, porque, como muy bien dice un doctor de nuestros tiempos (Beato Edmundo Campion, ubi supra, art 14, p 124): "si no los hubiesen recogido, los habrian dejado mil quinientos anos sin historia". Mas adelante volveré a este tema (Art 18,20). En lo que a vuestra iglesia se refiere, supongamos que sea verdad esa gran mentira, o sea, que era del tiempo de los Apostoles: ella no sera la Iglesia Catolica, ya que la Catolica debe ser universal en el tiempo, esto es, debe durar para siempre; pero decidme donde estaba vuestra iglesia hasta hay cien,200,300 anos; no sabréis decirlo, porque ella no existia; por consiguiente, no es la verdadera Iglesia.

Alguien dira que existia, mas no era conocida. ¡Santo Dios! ¿Quién no dira lo mismo? Adamitas, anabaptistas, cada cual entrara en ese discurso. Ya he demostrado (cap. 2, art. 1)que la Iglesia militante no es invisible y que es universal en el tiempo; ahora demostraré que tampoco puede ser desconocida.


La verdadera Iglesia debe ser universal en el espacio y en las personas.

Decian los antiguos, sabiamente, que conocer bien la diferencia de los tiempos era un buen medio para entender las Escrituras, por falta del cual los judios yerran, entendiendo como propio de la primera venida del Mesias lo que muy frecuentemente se dice de la segunda, y los ministros mas aun, cuando quieren hacer a la Iglesia, desde San Gregorio para aca, tal como ella sera en tiempos del Anticristo.

Interpretando asi lo que esta escrito en el Apocalipsis (Ap 12,6-14), que la mujer huyo al desierto, toman aqui ocasión para decir que la Iglesia estuvo escondida y permanecio secreta hasta que se revelo con Lutero y sus discipulos. ¿Pero quién no ve que este pasaje no respira otra cosa sino el fin del mundo y la persecución del Anticristo? Siendo asi que el tiempo esta expresamente determinado en tres anos y medio, lo mismo que en Daniel (Da 12,7). Y quien quiera, por alguna extrana glosa, ampliar este tiempo que la Escritura determino, contradice al Senor, que dice mas bien que sera acortado por amor de los elegidos (Mt 24,22). ¿Como se atreven a distorsionar las Escrituras, entendiendo cosa tan contraria a sus propias circunstancias? Por el contrario, se dice de la Iglesia que se parece al sol, a la luna, al arco iris (Ps 88,38), a una reina (Ps 44,10-14), a una montana tan grande como el mundo (Da 2,35); por consiguiente, ella no puede ni estar escondida, ni ser secreta, mas debe ser universal en extension.

Me contentaré con traeros a la memoria dos de los mayores doctores de siempre. David habia dicho: Grande es el Senor, y dignisimo de alabanza en la ciudad de nuestro Dios (Ps 47,2-3). "Es la ciudad situada sobre un monte -dice San Agustin- que no puede ocultarse; es la lampara que no se puede ocultar debajo de un tonel, la conocida y celebrada por todos, como se deduce: el monte Sión esta fundado con grande alegria del universo. Y, de hecho, Nuestro Senor, que decia que nadie enciende una lampara para colocarla debajo del celemin, ¿como habria puesto tanta luz como la que hay en la Iglesia para cubrirla u ocultarla en cualquier yermo? Esta en la montana que llena el universo, esta en la ciudad que no puede ocultarse. Los Donatistas encuentran el monte, y cuando se les dice: "sube", dicen que no es una montana, y prefieren chocar de frente que buscar en ella una morada. Isaias, como leiamos ayer, grito: En los ultimos dias el monte en que se erigira casa del Senor tendra sus cimientos sobre la cumbre de todos los montes, y se elevara sobre los collados; y todas las naciones acudiran a él (Is 2,2). (F. de Sales, Carta abierta 1316)

¿Hay algo mas visible que una montana? Pero sucede que hay otros montes desconocidos, porque estan situados en un canto de la tierra. ¿Quién de vosotros conoce el Olimpo? Nadie, ciertamente, tal como los habitantes de alla no conocen nuestro monte Chiddaba; estos montes estan sitos en regiones apartadas, pero el monte de Isaias llena toda la faz de la tierra. La piedra desgajada sin intervención humana, ¿no es Jesucristo, descendiente de la raza judaica sin intervención de matrimonio? ¿Y esta piedra no destruyo todos los reinos de la tierra, esto es, todos los dominios de idolos y demonios? ¿No crecio hasta llenar la tierra? Por consiguiente, es de este monte que se dijo que sera asentado sobre todos los montes y toda la gente se aproxima a él. ¿Quién podra perderse en este monte? ¿Quién chocara y partira la cabeza contra él? ¿Quién ignora la ciudad colocada sobre el monte? No, no os admiréis de que sea desconocido a aquellos que odian a los hermanos, que odian a la Iglesia, porque por esto van a las tinieblas sin saber adonde van; se separaron del resto del universo, son ciegos de poco talento". Asi hablaba San Agustin. Escuchemos ahora a San Jeronimo hablando a un cismatico convertido: "Alégrome contigo y doy gracias a Jesucristo, mi Dios, pues de buena voluntad quisiste volver del ardor de la falsedad al convivio de todos, no diciendo ya como algunos: "¡Senor, salvame, porque me falto la gracia!", y cuya voz impia apaga y envilece la gloria de la cruz, pretende someter el Hijo de Dios al diablo, y refiere a todos los hombres la queja proferida acerca de los pecadores.

Pero no creo que Dios haya muerto para nada: el maligno fue atado y derrotado, la palabra de Dios se cumplio: Pideme, y te daré las naciones por herencia, y los confines de la tierra por posesion. ¿Donde estan, decidme, esa gente tan religiosa, o mejor, demasiado profana, que construye mas sinagogas que iglesias? ¿Como seran destruidas las ciudades del diablo? Y los idolos, ¿como seran abatidos? Si Nuestro Senor no hubiese tenido Iglesia, o si la hubiese tenido solamente en Cerdena, ciertamente estaria demasiado empobrecido.

Ah, si Satanas hubiese poseido alguna vez el mundo, ¿como habrian sido acogidos los trofeos de la cruz e implantados en todos los rincones del mundo"? ¿Y qué diria ese grande personaje si ahora viviese? ¿Acaso no es envilecer el trofeo de Nuestro Senor? El Padre Celestial, por la grande humillación y anonadamiento que su Hijo sufrio en el arbol de la cruz, habia hecho su nombre tan glorioso que todas las rodillas debieran doblarse para reverenciarlo (Ph 2,8-10), pues que ha entregado su vida a la muerte, y ha sido confundido con los facinerosos (Is 53,12) y ladrones, tuvo en herencia muchos pueblos; pero estos no tomaron en tanta cuenta los padecimientos del crucificado, quitando de su porción las generaciones de mil anos, de tal manera que durante este tiempo solo habia algunos servidores secretos, no siendo los otros sino hipocritas y malvados; heme aqui que me dirijo a vosotros, antepasados nuestros, a vosotros que llevasteis el nombre de cristianos y que habéis estado en la verdadera Iglesia: o poseiais la fe o no la poseiais.

Si no la poseiais, oh miserables, estais condenados (Mc 16,16), y si la poseiais, ¿como no os opusisteis a la impiedad? ¿No sabéis que Dios hizo a cada uno responsable por su projimo (Qo 17,12), y que quien cree internamente puede justificarse, pero quien quisiere obtener la salvación debe confesar su fe (Rm 10,10 Lc 12,8)? ¿Y como podriais decir: "Crei, por eso hablé" (Ps 115,1)? ¡También entonces sois unos miserables, porque habiendo recibido un talento tan bello, lo sepultasteis en la tierra! Pero si, por el contrario, oh Lutero y Calvino, la verdadera fe fue siempre publica en la antigüedad, sois vosotros los que sois unos miserables, ya que, para encontrar alguna excusa para vuestras fantasias, acusais a todos los antiguos o de impiedad, si creyeron mal, o de cobardia, si se callaron.

La pretendida no. La universalidad de la Iglesia no requiere que todas las provincias o naciones reciban al mismo tiempo el Evangelio, bastando que esto ocurra sucesivamente, de suerte que de todos modos siempre se vea la Iglesia y que se reconozca que es la misma que estuvo en todo el mundo o en la mayor parte, a fin de que pueda decirse: Venite, ascendamus ad montem Domini (Is 2,3). Porque la Iglesia sera como el sol, y el sol no ilumina siempre igualmente en todas las regiones; basta que, en definitiva, nemo est qui se abscondat a calore ejus (Ps 18,7), de la misma manera bastara que al fin de los siglos se verifique la profecia de Nuestro Senor: que es preciso que se predique la penitencia y el perdon de los pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén (Lc 24,47). Porque la Iglesia en los tiempos apostolicos echo ramas por todos lados, cargadas del fruto del Evangelio, como afirma San Pablo (Cl 1,6); lo mismo dice San Ireneo en su tiempo, hablando de la Iglesia romana o papal, a la cual quiere que se refiera el resto de la Iglesia "por su mas poderosa principalidad".

Prospero habla de nuestra Iglesia, no de la vuestra, cuando dice (Carmen de Ingratis, Pars 1ª, lin. 40-42): "Por el honor pastoral, Roma, sede de Pedro, es cabeza del universo; lo que no consiguio por guerras o por armas someter a su autoridad, la religion se lo ha ganado". Pues bien, veis que habla de la Iglesia que reconoce como jefe al Papa de Roma. En tiempos de San Gregorio habia catolicos en todas partes, como puede verse por las cartas que escribio a los obispos de casi todas las naciones. En los tiempos de Graciano, Valentiniano y Justiniano habia catolicos romanos en todas partes, como puede verse por sus leyes. Otro tanto dice San Bernardo de su tiempo; sabéis que fue asi también en tiempos de Godofredo de Bullon.

Desde entonces, la misma Iglesia perdura hasta nuestros dias, siempre romana y papal, de manera que aunque nuestra Iglesia fuese ahora menor de lo que es en la realidad, no por eso dejaria de ser catolica, ya que continua siendo la misma romana que fue y que estuvo establecida en casi todas las provincias de naciones y pueblos innumerables. Pero todavia esta esparcida por toda la tierra: en Transilvania, Polonia, Hungria, Bohemia y por toda Alemania, en Francia, Italia, Eslavonia, Candia, Espana, Portugal, Sicilia, Malta, Corcega, Grecia, Armenia, Siria y por todas partes.

¿Deberia hacer referencia a las Indias Orientales y Occidentales? Quien quisiera ver un resumen de todo esto deberia asistir a un capitulo, o asamblea general de los religiosos de San Francisco llamados Observantes: veria venir religiosos de todos los rincones del mundo, viejo y nuevo, para prestar obediencia a un simple, vil y abyecto; esto seria suficiente para verificar este paso de la profecia de Malaquias: In omni loco sacrificatur nomini meo (Ml 1,11). Por el contrario, senores, los pretendidos no pasan los Alpes, de nuestro lado, ni los Pirineos, del lado de Espana; Grecia no os conoce, las otras tres partes del mundo no saben quiénes sois, y nunca oyeron hablar de cristianos sin sacrificios, sin altar, sin sacerdocio, sin jefes y sin cruce, como vosotros sois; en Alemania, vuestros companeros Luteranos, Brencianos, Anabaptistas y Trinitarios roen vuestra porcion; en Inglaterra, los puritanos, en Francia, los libertinos.

¿Como, pues, os obstinais en permanecer asi separados del resto del mundo como los Luciferianos o los Donatistas? Os diré como decia San Agustin (De unitate Ecclesiae, cap. 17)a uno de vuestros semejantes: dignaros, por favor, instruirnos sobre este punto: ¿como es posible que Nuestro Senor haya perdido su Iglesia en el mundo entero y la haya recuperado solamente en vosotros? Ciertamente empobreceréis demasiado a Nuestro Senor, dice San Jeronimo.

Porque, si decis que vuestra iglesia ya fue catolica en el tiempo de los Apostoles, entonces demostrad que lo era en aquellos tiempos, porque todas las sectas diran lo mismo; como injertaréis ese pequeno brote de pretendida religion en este antiguo y santo tronco? Procurad que vuestra iglesia toque por una continuación perpetua la primitiva iglesia, porque si no se tocan, ¿como tendran la misma savia una y otra? Esto no lo conseguiréis nunca. Tampoco estaréis jamas -si no os unis a la obediencia de la Catolica- no estaréis jamas, repito, con los que cantaran: Redimisti nos in Sanguine tuo ex omni tribu, et lingua, et populo, et natione, et fecisti nos Deo nostro regnum (Ap 5,9-10).

Tal vez digais que después de que vuestra iglesia extienda sus alas, al final sera también catolica por la sucesión de los tiempos. Pero eso seria hablar a la aventura, porque si San Agustin, Crisostomo, Ambrosio, Cipriano, Gregorio y todo ese ejército de excelentes pastores no hubiesen sabido actuar bastante bien como para que la Iglesia no diese con la cara por el suelo muy poco después, como dicen Calvino, Lutero y los otros, ¿qué apariencia hay de que ahora se fortifique bajo la responsabilidad de vuestros ministros, los cuales ni en santidad ni en doctrina son comparables con aquellos? Si la Iglesia no fructifico en Primavera, Verano ni Otono, ¿como queréis que en su Invierno se puedan ahora recoger frutos? Si no camino en su adolescencia, ¿hacia donde queréis que corra en su vejez? Digo mas: vuestra iglesia no solo no es catolica, sino que ni siquiera puede serlo, pues no tiene fuerza ni virtud para producir hijos, sino solo para robar las crias de otros, como hace la perdiz; pero es una de las propiedades de la Iglesia el ser fecunda.

Por eso, entre otras razones, se la llama paloma (Ct 6,8); y si su Esposo, cuando quiere bendecir a un hombre, torna su mujer fecunda, sicut vitis abundans in lateribus domus suae (Ps 127,3), y hace habitar la estéril en su casa, madre jubilosa de hijos (Ps 112,9), ¿no debia también El tener una Esposa que fuese fecunda? Tanto mas cuando, segun la santa palabra, este desierto debia tener muchos hijos (Is 54,1 Ga 4,27), y esta nueva Jerusalén debia estar muy habitada y tener una grande descendencia: ambulant gentes in lumine tuo, dice el profeta (Is 60,3-4), et reges in splendore ortus tui. Leva in circuitu oculos tuos et vide; omnes isti congregati sunt, venerunt tibi; filii tui de longe venient et filiae tuae de latere surgent; y también: Pro eo quod laboravit anima eius, ideo dispertia, ei plurimos (Is 53,11-12).

Esta fecundidad de bellas naciones de la Iglesia se hace principalmente por la predicación, como dice San Pablo: Per evangeliun ego vos genui (1Co 4,15); la predicación de la Iglesia, por consiguiente, debe ser inflamada: Ignitun eloquiun tuun, Domine (Ps 118,140). ¿Y qué de mas activo, vivo, penetrante y pronto para combatir y mudar las formas de cualquier materia que el fuego?


La Iglesia catolica es fecunda; la pretendida, estéril.

Asi fue la predicación de San Agustin en Inglaterra, de San Bonifacio en Alemania, de San Patricio en Irlanda, de Willibrord en Frisia, de Cirilo en Bohemia, de Adalberto en Polonia, Austria y Hungria, de San Vicente Ferrer, de Juan Capristano; asi fue la predicación de los fervorosos hermanos Enrique, Antonio, Luis, de Francisco Javier y mil otros que expulsaron la idolatria por la santa predicación, y todos ellos eran catolicos romanos. Por el contrario, vuestros ministros no han convertido aun ninguna provincia del paganismo, ni ninguna comarca; dividir el cristianismo, hacer sectas, dividir la tunica de Nuestro Senor, esos son los efectos de la predicación de ellos.

La doctrina cristiana catolica es una lluvia suave que hace fecunda la tierra estéril; la vuestra parece mas una tormenta de granizo, que estraga y arrasa la cosecha, y convierte en un yermo la mas fértil campina. Tened cuidado con lo que dice San Judas: "Desdichados de ellos, que... imitando la rebelion de Coré -Coré era un cismatico-, pereceran. Estos son los que contaminan vuestros convites cuando asisten a ellos sin vergüenza, cebandose a si mismos; nubes sin agua, llevadas de aqui para alla por los vientos" (Jdt 11-13); tienen el exterior de las Escrituras, pero les falta el licor interior del espiritu: arboles otonales infructuosos; no tienen mas que el follaje de la letra, pero carecen del fruto de la inteligencia; dos veces muertos: muertos en cuanto a la caridad, por la división, y muertos en cuanto a la fe, por la herejia; sin raices, que ya no podran mas dar fruto; son olas bravas del mar, que arrojan las espumas de sus torpezas en debates, disputas y agitaciones; exhalaciones errantes, que no pueden servir de guia a nadie y carecen de firmeza en la fe, mudando constantemente.

¿Por ventura, nos admiraremos de que vuestra predicación sea estéril? No tenéis mas que cascara sin savia; ¿como queréis vosotros que ella germine? No tenéis mas que la vaina sin la espada, la letra sin la inteligencia; no es, pues, extrano que no podais dominar la idolatria; por eso, San Pablo, hablando de los que se separan de la Iglesia, afirma: Sed ultra non proficient (2Tm 3,9). Si entonces vuestra iglesia no puede de forma alguna llamarse catolica hasta al presente, menos debe esperar que lo venga a ser en el futuro, porque su predicación es floja y sus predicadores aun no han enfrentado, como dice Tertuliano, el compromiso de ethnicos convertendi, mas solamente el de nostros avertendi. ¿Qué iglesia es esa que no esta unida ni es santa ni catolica y, lo que es peor, no puede tener ninguna esperanza razonable de serlo alguna vez?



F. de Sales, Carta abierta a los Protestantes



Descarga tambien la carta abierta a un fundamentalista de Steve Ray.

Dios te bendiga...

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