María la Nueva Eva.
San Justino mártir (100-165 d.C) fue probablemente el primero en escribir sobre el paralelismo místico entre la primera mujer (Eva) y María Santísima madre de Dios (La nueva Eva) paralelo identificado también por San Ireneo. En el Diálogo con Trifón, San Justino escribe: “Porque Eva, cuando aún era virgen e incorrupta, habiendo concebido la palabra que le dijo la serpiente (cf. Sant 1.15), dio a luz la desobediencia y la muerte; pero en cambio la virgen María concibió fidelidad y gracia cuando el ángel Gabriel (cf. Luc 1.26) le dio la buena noticia de que el Espíritu del Señor vendría sobre ella y la fuerza del Altísimo la cubriría con su sombra, de modo que el Ser Santo que nacería de ella, sería Hijo de Dios (Luc 1.35); a lo que respondió ella: “Hágase en mí según tu palabra” (Luc 1.38). [6] Y fue por ella que Él nació, aquel del que hemos demostrado se refieren tantas Escrituras, por quien Dios destruye la serpiente con los ángeles y hombres que a ella se asemejan, y l