La inquisición: Jurisdicción y Competencia.
Los historiadores del Derecho han subrayado hasta el cansancio que el procedimiento penal del Santo Oficio no era distinto al de otras instancias judiciales puesto que se basaba en el Derecho Común (Ius Commune) de su época. Sin embargo, tenia una peculiaridad: su objeto era perseguir la herejía. Esta se caracterizaba por ser, al mismo tiempo, pecado personal y delito social. Un texto del Manual de las Inquisidores de Nicholas Eimeric (1376) nos permite entender esta afirmación: "¿Consecuencias de la herejía? Por efecto de la herejía se debilidad la Verdad Católica y se apaga en los corazones; perecen las instituciones y los bienes materiales, nacen los tumultos y las sediciones, y se alteran la paz y el orden público. De suerte que cualquier nación que permite en su seno el brote de la herejía se aboca a la subversión y hasta puede desaparecer." Ante la gravedad de la herejía, la Inquisición estaba justificada para existir y actuar. Sin embargo, su poder estaba per