Inquisición: Verdades que ya no se dicen.


Los Criptojudios comúnmente llamados Marranos.

Nos dice Juan Blázquez Miguel sobre los falsos conversos venidos del judaísmo: "estaban muy relacionados con los verdaderos judíos", señalando que “la visita de un converso a un hogar judío y su trato elevaba su prestigio entre ellos". Son innumerables, dice, los "anusin, o sus descendientes, que continuaron manteniendo relaciones con las comunidades judías", habiéndose dado inclusive el caso, en el año 1480, "que dos rabinos visitasen Guadalupe para cerciorarse sí los conversos de allí observaban adecuadamente el judaísmo”

Muchos españoles, orgullosos de haber vencido al enemigo islámico vieron esto como un error social. Era inaceptable. Rápidamente exigieron se hiciera algo al respecto. Si bien el criptojudaismo es mas viejo que el cristianismo (se puede encontrar falsas conversiones de judíos incluso en religiones paganas) también es cierto que la sociedad española triunfante tras la Reconquista de 1492 era mas vigilante y mas orgullosa de ser cristiana.

A estos falsos conversos salidos del judaísmo les apodaron Marranos, vocablo del cual nació del judaísmo, el filólogo judío Lázaro Schallman nos dice:

“La voz marrano, nos parece más conforme a razón su inferencia de dos voces hebreas: 'mar', que significa a un tiempo 'señor' y 'amargo', 'amargor', y 'anús', que significa forzado. Obligados, forzados, a convertirse al cristianismo, los judíos de España y Portugal se reconocían diciéndose: Mar-anús, esto es, 'Señor anús, o 'El Señor es un anús', o 'Es amargo ser un anús'.”


La Inquisición puso su ojo vigilante sobre los criptojudios tras las muchas denuncias de los españoles ante los notarios que veian en los conversos al judaísmo muchas injurias y blasfemias. Blázquez Miguel dice: los sacrilegios menudeaban; las formas consagradas eran pisoteadas, troceadas y arrojadas al excusado; se profanaba a una muñeca que representaba al Niño recién nacido y se parodiaban diversas ceremonias cristianas. Asimismo se les daba cierta agua mezclada con otras sustancias para que los conversos que habían recibido la comunión con anterioridad vomitasen.

El pueblo español obligó a reaccionar al Estado y a la Iglesia. En todas partes se reiteraba idéntico panorama, además de las injurias y blasfemias los cristianos nuevos oprimían a la población mediante la usura y sus practicas comerciales deshonestas, que perjudicaban también seriamente al Estado. Varias conjuras contra Isabel y Fernando venían de varios cristianos nuevos en la Corte. Los Marqueses de Moya de ascendencia judía y siempre leales a Isabel de Castilla constantemente advertían a Fray Tomas de Torquemada y a la misma Reina Isabel I de varias confabulaciones. La Inquisición tomo cartas en el asunto para con los cristianos nuevos. Se les tenia bajo sospecha ya.


Moriscos y la Primera Rebelión de las Alpujarras.

Tras la reconquista de 1492. En la rendición de Granada, el Sultán Muhammad XI alias Boabdil escribía:

“Que los moros podrán mantener su religión y sus propiedades. Que los moros serán juzgados por sus jueces bajo su ley, que no llevarán identificáis que delaten que son moros como las capas que llevan los judíos. Que no pagarán más tributo a los reyes católicos que el que pagaban a los moros. Que podrán conservar todas sus armas salvo las municiones de pólvora. 
Que se respetará y no se tratará como renegado a ningún católico que se haya vuelto moro. Que los reyes sólo pondrán de gobernantes gente que trate con respeto y amor a los moros y si estos faltasen en algo serían inmediatamente sustituidos y castigados. Que los moros tendrán derecho a gestionar su educación y la de sus hijos.”


Y así ocurrió. Los musulmanes iban lentamente siendo convertido a las predicas de quien llamaron "el Santo Alfaquí", Fray Hernando de Talavera el primer Arzobispo de Granada. Su labor era tal que muchos islámicos veían en su porte austero y sencillo razones suficientes para ir a Misa y oír sus sermones. Sin embargo, para 1499 aun cuando la labor era mucha y los conversos insuficientes, el aire islámico aun continuaba en Granada durante una visita de los reyes católicos. Seria relevado por el Card. Cisneros quien con mano firme desconoció la rendición de Granada y aplico sin permiso de los Reyes Católicos la reprehensión. Al enterarse el rey Fernando monto en cólera y exigió el fin de la reprehensión a los musulmanes y los forzosos bautizos que ocurrían. Se volvió entonces a la política de conversión y no de reprehensión pero sin embargo estallo la violencia.

En enero de 1500 los musulmanes y moriscos se levantaron contra el Card. Cisneros en lo que se conoceria como la Primera Rebelion de la Sierra de Alpujarras, los reyes Católicos enviaron entonces al Conde de Tendilla quien le afirma que Fernando e Isabel que: "pasar por cuchillo a todos los moros que habían participado en las revueltas", a lo que el rey Fernando de Aragon le contestó: Cuando vuestro caballo hace alguna desgracia no echáis mano de la espada para matarle, antes le dais una palmada en las ancas, y le echáis la capa sobre los ojos; pues mi voto y el de la Reina es que estos moros se bauticen, y si ellos no fueron católicos, lo serán sus hijos o sus nietos.

La revuelta fue finiquitada para 1502. Tras ver esto como un levantamiento armado desechan el convenio firmado entre los monarcas y el rey Boabdil, y redactan una serie de Sanciones Pragmáticas que exigían al pueblo islámico su conversión o abandonar a España, muchos se negaron a renunciar sus propiedades y bienes, decidieron bautizarse cristianos, y aunque conservaban en secreto sus practicas, su división entre los radicales y los moderados, mantuvo a los Moriscos si bien, dentro de la mira de la Inquisición, lejos de todo escándalo.


La Nobleza Hispánica y el Primer Estatuto de Limpieza de Sangre.

Contrario a lo que se puede llegar a creer, paradójicamente la "limpieza de sangre" viene de los judíos y no de los cristianos. Durante la Reconquista los judíos conversos en las cortes de Castilla y Aragón mantenían su sangre limpia de elementos ajenos; muchos nobles hispánicos pidieron la mano de muchas jovencitas de ascendencia judía pero los padres siempre rechazaron ello y casaban a sus hijas con jóvenes que vinieran de ascendencia judía y fueran nuevos cristianos aun cuando estos fueran sus primos hermanos.

Esta endogamia racial para mantener su sangre pura y nos dice el historiador judío Salomón Iba Verga: los judíos no practican sólo una endogamia racial sino también, parcialmente, familiar, costumbre ésta que entre los cristianos nuevos alcanzó particular desarrollo. Esto levanto sospechas entre la Nobleza Hispánica y el Clero. Sabemos gracias A.A. Neuman que muchos rabinos aconsejaron las familias conversas de ascendencia judía que eran de la Corte a no permitirse mezclar la sangre judía con la hispánica para perpetuar limpia la estirpe de Abraham hasta la llega del "verdadero" Mesías.


Curiosamente, esta posición sospechosa los lleva a recibir el primer estatuto de limpieza de sangre conocido es el del Colegio de San Bartolomé el Viejo, de Salamanca, implantado por el arzobispo don Diego de Anaya y aprobado por bulas del anti-Papa Benedicto XIII en 1414. En éstas se indica que los colegiales debían ser de sangre limpia: "integrae famae et opiníonís ex puro sanguine procedentes".

La prohibición de ingreso abarcaba cualquier grado de parentesco con judíos, "por remoto que fuese." Su Majestad, don Pedro Sarmiento instauró en Toledo el estatuto de limpieza de sangre, vetando a los conversos los cargos públicos y beneficios, así como ejercer la profesión de Notario Publico. Sin embargo, el Papa Nicolás V se opuso al mismo por un breve expedido ese año, excomulgando a Sarmiento en 1450.


Al año siguiente, en 1451, emitió otro breve ratificando el precedente. Pero, la idea seguía en marcha y el año 1452 el Fuero de Vizcaya prohibía incluso que los cristianos nuevos residiesen en su territorio; "Que ningún cristiano nuevo ni del linaje de ellos, no pueda vivir, ni morar, ni avecindarse en toda esta Provincia".

Cuando la Inquisición llego en 1478 a España. La orden del Papa Alejandro VI establecía un Estatuto de sangre para la Orden de san Jerónimo y exigía a la Inquisición no entrometerse en asuntos de Estado como este. El Santo Oficio se mantuvo ajeno a los conflictos de los Estatutos de Sangre. Si bien, coadyuvaba a los Tribunales del Estado español, se mantenía en su misión, perseguir la herejía y censurar a los herejes, es decir, se dedico únicamente a los judaizantes y desbaratar conspiraciones.


La Inquisición contra las conspiraciones Anti-Españolas.

Simón Dubnow historiador judio explica que: durante el siglo XVI fundáronse en la Turquía europea y asiática multitud de comunidades judías. En la capital, Estambul, había unos 30.000 hebreos y 44 sinagogas, existiendo una división grupal de acuerdo a la procedencia: "castellanos", "aragoneses" y "portugueses". La mayoría trabajaban como conspiradores para el Imperio Otomano en tierras hispánicas.

El espionaje judío en favor de los turcos, en el que tan principal papel tuvieron los marranos, registrábase en todas partes. La toma de Constantinopla por los turcos, en 1453, provocó una conmoción entre los marranos, quienes creyeron ver en ello una señal de la próxima caída de la Cruz. Muchos de ellos se fueron después al Levante. En 1542, la Dieta de Bohemia expulsó a los judíos de Bohemia, fundándose en que informaban a los turcos de los preparativos militares de los cristianos.

Los exiliados pasaron a Polonia y Turquía. Cecil Roth hace notar que los cristianos nuevos residentes en la zona de Italia no controlada por España, "una vez hecha una fortuna, emigraron al Levante, donde se despojaban del disfraz del cristianismo y mantenían al Gran Turco informado de todo lo que ocurría en Italia". Pero también en el reino de Nápoles, donde el número de judíos públicos superaba al de conversos, a principios de 1534 descubriese la complicidad de unos y otros con los turcos. Al ser apresados en suelo napolitano dos espías turcos, confesaron "que formaban parte de una compleja organización, que estaba esparcida por todo el país y que actuaba a las órdenes de Barbarroja", el almirante de la armada de Solimán.


La Inquisición lucho contra estas conspiraciones coadyuvando a las instituciones del Estado. Admirable fue la Inquisición Española al desbaratar una red de contrabando de armas hacia Turquía partía desde España donde los ricos mercaderes cristianos nuevos huían a Turquía llevando clandestinamente armas a los turcos, el historiador judío Shatzky observa que "el hecho de conducir armas a Turquía no podía ser un secreto".

La posición de los judíos acerca de Turquía, es claramente expuesta por el precitado autor hebreo: "la enorme cantidad de (hechos) concretos que las fuentes históricas han revelado sobre el particular demuestran la gravitación y popularidad que la orientación turca tenía entre los judíos españoles. Tanto se difundió esa orientación entre las comunidades judías de Europa, que en el siglo XVI, en casi todos los conflictos internacionales con Turquía, los judíos tomaron partido a favor de Turquía".

Continuara…

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Bibliografía:

Inquisición y criptojudaísmo. Juan Blázquez Miguel (con Prologo del embajador Schlomo Ben Ami)
Diccionario de hebraismo y voces afines. Lázaro Schallman.
Relación judeoconversa durante la segunda mitad del siglo XV en Aragón. Encarnación Marín Padilla.
La Vará de Judá. Salomón Iba Verga.
Historia de los marranos. Cecil Roth.
Inquisicion: Historia Critica. R. Garcia Cárcel y D. Moreno.
La Inquisicion Española. Henry Kamen.
Inquisicion sobre la Inquisicion. y La Inquisición. Las diez sorpresas. Alfredo Junco.
Historia de los heterodoxos españoles. Marcelino Menéndez Pelayo.
La leyenda negra y la verdad histórica: contribución al estudio del concepto de España en Europa. Julian Juderias y Loyot.


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