La autoridad de la Iglesia Católica.
Es importante reiterar de entrada que la autoridad en la
Iglesia existe para que Cristo pueda continuar guiando a su Iglesia en la labor
continua de la salvación de todos los hombres. En consecuencia, esta autoridad
de la Iglesia es enteramente al servicio de ese trabajo. También hay que
aclarar que el alcance de esta autoridad se limita a cosas que son esenciales
para nuestra salvación: i.e., la fe, moral y el culto (los sacramentos y la
liturgia).
Es importante también ver a esta autoridad eclesiástica como
algo muy distinto a la imagen que muchos fundamentalistas protestantes y
enemigos del catolicismo tienen y divulgan, esto es que esta autoridad es
ejercitada con tiranía y absolutismo o como impostura. Usted siempre conserva la libertad de decidir si debe o no permanecer en la fe catolica, siguiendo sus
enseñanzas.
«Cristo el Señor, para dirigir al Pueblo de Dios y hacerle
progresar siempre, instituyó en su Iglesia diversos ministerios que están
ordenados al bien de todo el Cuerpo. En efecto, los ministros que posean la
sagrada potestad están al servicio de sus hermanos para que todos los que son
miembros del Pueblo de Dios [...] lleguen a la salvación» (1)
Los obispos son sucesores de los apóstoles, reciben este
carisma cuando son consagrados como obispos. Cada Obispo al tomar posesión de
la Diócesis asignada a el, viene a ser el guía principal de esa Diócesis, y
tienen autoridad divina siempre y cuando se mantengan su lealtad a la Santa
Sede de Roma.
¿Por qué los protestantes rechazan esta afirmación?
Los no-católicos rechazan la autoridad de la Iglesia por el
espíritu renuente y rebelde propio del tradicionalismo que heredaron de la
reforma protestante del Siglo XV. Los no-católicos, también suelen basar su
rechazo a la autoridad de la Iglesia en el error común de que la fe católica es
impuesta por el clero católico. A veces también acusan a la Iglesia Católica de
querer tomar el lugar de Dios, cuando ha definido alguna doctrina.
Paradójicamente, muchos de los
que reniegan de la autoridad de la Iglesia la aceptan de una forma inconsciente,
pues no se puede hablar de las doctrinas cristianas principales como la
Trinidad, las doctrinas cristológicas, y el Canon bíblico sin prescindir de la
autoridad de la Iglesia que las definió.
Autoridad de la Iglesia en las Escrituras.
“Desde el comienzo de su vida pública Jesús eligió unos
hombres en número de doce para estar con él y participar en su misión (cf. Mc
3,13-19); les hizo partícipes de su autoridad "y los envió a proclamar el
Reino de Dios y a curar" (LC 9,2). Ellos permanecen para siempre permanecen
asociados al Reino de Cristo porque por medio de ellos dirige su Iglesia:
Yo, por mi parte,
dispongo el Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mí, para que
comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a
las doce tribus de Israel (LC 22,29-30).” (3)
Mateo 18:18 "Yo os aseguro: todo lo que atéis en la
tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará
desatado en el cielo.
Mateo 18:17 “Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y
si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el Gentil el pagano…”
Lucas 10:16 "Quien a vosotros os escucha, a mí me
escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a
mí, rechaza al que me ha enviado."
Comentario: Cristo otorga a la Iglesia poder para arbitrar,
zanjar y poder para excomulgar (v.18). Por eso dice; “si también rehúsa
escuchar a la iglesia, sea para ti como el Gentil”. También la Iglesia habla
con la autoridad de Cristo, y Cristo habla por medio de la Iglesia (en este
caso por sus lideres, el Papa y los Obispos). El poder que Cristo otorga a la
Iglesia no es un poder temporal de una sola generación, (i.e., atar y desatar),
pues dejaría a la Iglesia por el resto de los siglos venideros sin autoridad, y
sin gobierno ¿y como podría sobrevivir una sociedad así durante tanto tiempo?
Por tanto, para que se cumpla lo de: "Quien a vosotros os escucha, a mí me
escucha” (Lucas 10:16), la Iglesia debe
ser infalible a posteridad, y no puede fallar en cuestiones de fe o moral, pues
Cristo no podría atar en el cielo el error, la mentira y/o la herejía. Que
queda demostrado que la Iglesia estaría libre de herejía por Mateo 18:17, pues
solo una iglesia que tiene dicho carisma puede determinar repeler al hereje
excomulgándolo si este no escucha a la Iglesia, que es parte de lo que ha
venido haciendo desde entonces la Iglesia en los Concilios.
Juan 17:18 Como tú me has enviado al mundo, yo también los
he enviado al mundo.
Juan 20:21 Jesús les dijo otra vez: "La paz con
vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío."
Comentario: Es decir, con autoridad. Cristo envió a sus
Apóstoles con la misma autoridad recibida del Padre para reconciliar a la
humanidad futura por medio de la Iglesia, Su Cuerpo, no solo en el ejercicio de
llevar sus palabras y enseñanzas, sino mostrando en esta praxis los poderes con
los cuales el mismo mostro y compartió a sus Apóstoles, como el de perdonar
pecados, el de expulsar demonios, curar enfermos y resucitar muertos. De ahí
mismo el carisma (i.e., absolver pecado o retener), dado en el siguiente verso:
“Dicho esto, sopló y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes
perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan
retenidos." Juan 20: 22, 23.
Hechos 15:28 Fue el parecer del Espíritu Santo y el nuestro
(a la Iglesia) no imponerles ninguna otra carga fuera de las indispensables…
(Cf. Hch 15:20;29; 21:25).
Hebreos 13:17 Obedeced a vuestros guías y someteos a ellos,
pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para
que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja
alguna.
Comentario: En Hechos 15:28 la frase “ha parecido al
Espíritu Santo y a nosotros” (v.28), da a entender claramente que la Iglesia
reunida en Concilio toma esa decisión bajo la infalible guía del Espíritu
Santo, quedando mostrado que los Obispos reunidos en Concilio son guiados por
el Espíritu Santo, para no errar en materia de doctrina y de moral. En este
Concilio se puede también apreciar modestamente el papel preponderante que iría
a tener mas tarde el Papa en la figura de Pedro (Hch 15:7), en su
desdoblamiento teológico en los Concilios ecuménicos. En este Concilio, vemos
la actuación clave de Pedro como líder, tomando la palabra, —Después de una
larga discusión—, para soslayar la discordia entre los ahí reunidos tal como lo
continua haciendo el Papa.
Los apóstoles confirmaban en repetidas ocasiones esta
autoridad dada por Cristo a la Iglesia apostólica: Gal 1-8, Juan 1:10, Hechos
15:23 y 28 1ª Tes 2:7. Por lo tanto, las leyes o preceptos de la Iglesia
verdadera se funda en la misma autoridad que los mandamientos de Dios. Por eso
la Iglesia de Cristo tiene autoridad para actuar en su nombre. De ahí que la
teoría protestante de que la Iglesia de Cristo, que comenzó con Cristo, se
convirtió en inexistente para 1000 o más años y luego ser revivida Lutero,
Calvino, Knox o algún otro hombre o mujer, es simplemente ridículo y falso.
Textos para estudiar: Jn 17:18; Lc 9:1; Tit 2:15; 1ª Cor
6:1;
Otras referencias del
Catecismo: # 88, 553, 873-895, 1125.
Que Dios te bendiga.
Que Dios te bendiga.
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Notas.
(1) LG 18.
(2) Apologetics and Catholic Doctrine Pg. 206.
(3) Catecismo Iglesia Católica 551
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