P. Alberto Cutie, de vuelta a la Tv.
El polémico Padre Alberto Cutie quien algunos años atrás fuera sorprendido pleno agasajo con su ahora esposa Ruhama Canellis, vuelve de nuevo a la carga ahora con un programa de televisión tipo “talk show” que será transmitido por la cadena estadounidense Fox.
“Father Albert” que es el nombre del talk show, y que desde hace ya unas semanas inició sus transmisiones desde la ciudad de Nueva York, apela a ser un programa donde aquellas personas que enfrentan una crisis personal, de cualquier índole, encuentren una orientación por parte de “expertos”.
El ex sacerdote católico aparte de ser el conductor será una especie de mediador para que sus invitados empiecen a visualizar que sí hay soluciones para los conflictos que la vida coloca en el camino, ¡Ja! ¡a buen santo nos encomendamos!
Tuve la oportunidad de ver algunos videos promocionales de dicha cadena los cuales le brindaron nuevamente al padre Cutie la oportunidad de denigrar a la Iglesia y explayarse nuevamente sobre lo que para el es algo ilógico en el catolicismo, (me refiero al celibato), tanto los conductores que no conocen ni ápice de la Iglesia Católica, como las “supuestas pruebas” que esgrime Cutie a favor de su causa ahora como adherente episcopalano, e incluso inclinado a favor de las uniones gay’s.
Sin embargo desde aquí le deseamos lo mejor al padre Alberto, dejando aun lado de nuestra parte algún rencor hacia su persona, deseándole lo mejor. Eso si, recordándole que si va a hablar del catolicismo que lo haga con prueba de causa, que no se oportunista y se valga de estos medio para continuar enseñando doctrina falsa sobre el celibato y sobre el catolicismo que le brido por muchos años cobijo.
A continuación, les comparto esta carta de una periodista que escribe para el periódico el Universal y da su opinión al respecto.
MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES | EL UNIVERSAL
miércoles 13 deabril de 2011 10:00 PM
Alberto: Ante todo tengo que decirle que me cuesta mucho utilizar la palabra Padre para dirigirme a usted, aunque yo sé muy bien que el orden sacerdotal imprime carácter para siempre. Eso se me quedó muy grabado en el cerebro después que leí las revelaciones de Sor Faustina Kowalska (¿la recuerda?) donde decía que los sacerdotes infieles siguen vestidos de sacerdotes hasta en el Infierno, donde tienen destinado un lugar muy especial para ellos, y más para los que han dado escándalo.
Bueno, el tema de mi carta no es ese. El tema es que usted ha quedado muy mal ante los católicos venezolanos (que de gafos no tenemos un pelo) en la entrevista que le concedió al periodista Carlos Croes en Televen. Usted le ha brincado encima, cual muchachito malcriado, cuando éste (después que usted comienza a hablar mal de la Iglesia y los sacerdotes) le comenta una carta que publicaron en el New York Times, donde un misionero escribe que "a los medios sólo les gusta hablar de los sacerdotes que hacen escándalo y no de los ejemplares, que son la gran mayoría". Lo más insólito de todo es que usted le dice a su entrevistador que esa es la pura verdad y que los sacerdotes buenos no son noticia. Croes, confundido ante tanta incoherencia, le dice que por qué entonces "usted la está descargando contra la Iglesia, ¿será como excusa de una actitud?". En ese momento usted pierde el control completamente y lo ataca como si el periodista venezolano lo hubiera insultado.
Alberto: ¡Qué lástima que esa felicidad y paz que usted transmitió alguna vez desapareció de su rostro! ¡Es que debe ser triste vivir pensando en la traición que le hizo a su Santa Madre la iglesia Católica y a miles de fieles que lo seguían en su parroquia y a través de sus programas! ¡Qué dolor me da por usted! ¿Usted no se da cuenta que mientras más ataca a la Iglesia, ella y sus miembros salen más fortalecidos? ¿Usted cree que a los católicos venezolanos nos va a importar que alguien, sin ningún soporte moral, nos diga que nos han lavado el cerebro? ¿Usted cree que los laicos de este siglo le podemos comer ese cuento que la Iglesia nos enseña que el sexo es malo? Lo que nos enseña Dios, a través de Su Iglesia, es que el sexo es un regalo maravilloso que se usa, y se disfruta, dentro del matrimonio abierto a la vida.
Usted está empeñado en que los sacerdotes tienen que casarse. Por si no se acuerda ellos están siguiendo el gran ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo quien, siendo hombre, vivió la castidad. Y los sacerdotes eligen voluntariamente no casarse (que yo sepa nadie los obliga). Y el que quiera casarse que no se meta a sacerdote, ¿o es que usted quiere ser sacerdote, casarse y además ser famoso?
Y aparte le digo lo siguiente: El que los sacerdotes puedan vivir fieles a su vocación depende de lo mismo que depende el que muchos esposos y esposas les sean o no fieles a su cónyuge durante toda la vida. Y en la iglesia Católica ha habido millones de sacerdotes fieles y cientos de miles de matrimonios que han llegado a 50 años de fiel y feliz unión. ¡O sea que sí se puede! Pero para que eso pase quienes viven el celibato sacerdotal o la fidelidad conyugal tienen que pedirle ayuda a Dios todo el tiempo (porque todos somos capaces de lo peor ¿usted eso sí lo sabía, verdad?) y también acuden frecuentemente a la confesión sacramental donde viven la sinceridad y la humildad para no caer en la tentación.
Yo le aconsejo que ¡respete a los católicos y a los venezolanos!, porque usted no tiene moral para andar criticando a nadie. Aproveche estos días de Semana Santa para rezar y pedirle a Dios que lo ilumine. Pídale también a Juan Pablo II, quien fue un sacerdote talentoso, buen mozo, ejemplar, y fiel hasta la muerte, que lo ayude a arrodillarse el día de su beatificación (1º de Mayo, fiesta de la Divina Misericordia) para que Dios le pueda perdonar, en una buena confesión, todo el daño que ha hecho.
Yo me encargaré desde Roma (donde estaré cubriendo ese gran evento al que asistirán millones de católicos, entre ellos cientos de miles de jóvenes, orgullosos de su fe y de su Santa Iglesia) de pedir mucho por usted. ¡Y guarde y cuide bien su sotana para que si se convierte algún día la pueda lucir, con humildad y dignidad, aquí en la Tierra; y después "divinamente" en el Cielo!
mariadenissecapriles@gmail.com @VzlaEntrelineas
Comentarios