Como dialogar con un no-catolico
Porque la apologética
Cada uno de nosotros ha sido llamado a compartir la fe Católica con los que nos rodean: “Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también. Jn 20:21. Por lo tanto es importante que sepamos defender nuestra fe y presentarla inteligentemente, y para ello es preciso el estudiar y realmente querer propagar la fe recibida por los Apóstoles a todos los que nos rodean.
Hay muchos hermanos católicos entusiastas para entrar en un debate apologético pero faltos de preparación, (“… estén siempre dispuestos para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza 1Pe 3:15.) Quizá aquí es donde encontraría su base la Apologética, es decir el estar “dispuestos” y preparados a dar razones de nuestra fe.
De lo anterior se sigue que la Apologética como toda otra ciencia requiera de ciertas herramientas que sin ellas no vamos a poder realizar bien nuestro trabajo. La primer herramienta indispensable para todo apologeta es el amor a Cristo y a su Iglesia, un amor no preocupado en ganar debates o argumentos sino en ganar mas almas para Cristo.
Otra herramienta indispensable del apologeta es la oración, la oración deberá ser el combustible que alimente nuestro amor a Cristo y a su Iglesia continuamente, como decía San Benedicto, “ora et labora” “ora y trabaja” o como dice el dicho popular "A Dios rogando y con el mazo dando".
Otra herramienta que nos va a ser útil en nuestra labor es un solido conocimiento en las verdades básicas del catolicismo y conocer las creencias de nuestros oponentes en la fe o personas con las que dialogamos. No es lo mismo dialogar con un pentecostal que con un Mormón o un Sabatista. El tener conocimiento de nuestras doctrinas y conocer el pensamiento doctrinal con quien dialogamos nos ayudara a mostrarle nuestras verdades de fe de una forma mas clara y objetiva, y conocer sus puntos mas débiles. Mas no olvidemos que en el proceso de presentar una defensa de nuestra fe es también importante de hacerlo tratando de buscar no ofender al otro en lo posible o como dice el Apóstol, “…con suavidad y respeto, y con tranquilidad de conciencia”. 1Pe 3:16
Estar preparado por tanto significa amar a Cristo y a su Iglesia conocer su doctrina, leer la Biblia, estudiar el catecismo, haciendo notas, y preguntando al catequista o sacerdote en las dudas, buscando, buenos libros que nos instruyan en la fe, leyendo las cartas y encíclicas de los Papas, acercándonos a personas que sepan orientarnos en la tarea de la apologética, hacerse de algún libro histórico que sea fiel a los hechos históricos, en fin. Gracias a Dios ya existe muy buen material didáctico en libros y en otros formatos en internet en algunos de los casos material gratuito.
Ahhh.... Pero aquí es donde algunos se echan atrás, ya que el estudiar requiere dedicarle tiempo y cierto esfuerzo y muchos cristianos católicos no les gusta esforzare, ni la lectura. De ahí que cuando llegan a visitarlos los que van de casa en casa y de puerta en puerta llevando su propio evangelio como los Mormones o los Testigos de Jehová, el papa le dice a su hija, “diles hija que no estoy” o les cierran las puertas o colocan aquel letrero; “Este hogar es católico y no aceptamos propaganda de otra religión”
El vaticano II sobre el apostolado de los laicos dijo;
“Este Sínodo sagrado, seriamente exorta a los laicos, cada uno segun sus talentos y dones naturales a que sean mas diligentes en poner de su parte lo necesario para explicar y defender sus principios cristianos”
“Este Sínodo sagrado, seriamente exorta a los laicos, cada uno segun sus talentos y dones naturales a que sean mas diligentes en poner de su parte lo necesario para explicar y defender sus principios cristianos”
De esto nos dice el diccionario teológico.
La teología que sigue al concilio Vaticano II permite verificar una tercera precomprensión de la apologética. No es posible todavía sistematizar fácilmente sus notas características, ya que está aún en curso la investigación teológica; pero se pueden señalar al menos tres ámbitos de su tarea.
El primero intenta recuperar la dimensión estrictamente teológica de la apologética. No es una disciplina que posea un método y un contenido externo a la revelación ni se presenta como una reflexión híbrida entre la teología natural y la filosofía; es más bien una disciplina engendrada dentro del saber de la fe, cuando toma conciencia de su función peculiar de dar razón de sí misma.
El segundo ámbito es el que afecta al destinatario de su reflexión: éste no es solamente el creyente, al que se dirija para mostrar la racionalidad del contenido de su fe a partir del hecho mismo de la revelación que lleva consigo las notas de credibilidad, sino también el "otro», el no creyente, al que es necesario dar las razones que le permitan hacer una opción de fe como algo significativo para una existencia personal.
Finalmente, el tercer ámbito presenta los fundamentos epistemológicos de todo el saber crítico de la fe, para que la teología pueda comunicar sus propios datos en el organigrama científico universal, aportando su contribución especial con vistas a la globalidad de la persona.
Algunas técnicas.
1- Uno por uno; Cuando lleguen los TJ a tu casa o cualquier de otro grupo Protestante al dialogar, no permitas que hablen todos y opinen a la misma vez, desde el inicio marca tu la pauta y el método a seguir, y que hable uno por uno sin la participación de terceros (Muletas).
2- Tema por tema; Es muy común que los hermanos separados después de remeter contra el Papa quieran remeter contra la virgen o tocar el tema de las cruzadas o la Inquisición, debemos de animarles a que se centren en mismo hilo del mismo tema.
3- Tiempo determinado; Esto significa desde un principio señalar una hora determinada para finalizar el tema con el fin de no alargarse en disputas o acaloramientos interminables, y continuar otro día o después.
4- Tomar autoridad; No de una forma opresiva pero autoridad como aquel que tiene el deber de mostrar la verdad, al tomar autoridad evitaras que el dialogo de vuelva un monologo y no dejar que los damas participen.
5- Hacer preguntas; esto es muy importante debido a que por lo general como los TJ ellos llegan con aquellos temas que ellos están mas familiarizados, una buena pregunta vale igual que un buen argumento.
6- Memorizar citas Bíblicas; Especialmente las mas importantes, esto hará notar que lo que hablamos esta en coherencia con la Biblia y no se irán con la mala impresión siempre tienen de que los católicos no leemos la Biblia, o nuestras creencias no son Bíblicas. (Una forma para memorizar citas es escribirlas al lado lateral de la Biblia, dependiendo el tema que vas a tratar si son las imágenes memoriza solo una cita P ej Ex 20 1-5, al lado pon otra cita que te mande a otra P ej Ex 25:18 etc..)
7- La practica hace al maestro; Estudia a diario, por lo menos dedícale media hora a la lectura de algún buen libro.
8- El que se enoja pierde; Trata de mantenerte calmado, incluso en las discusiones mas acaloradas, recuerda se trata de ganar mas almas y no argumentos
9- Como un medico trata a un enfermo, así a los herejes (San Agustin)
10- La regla de oro; “No se me la respuesta Perooooo...” cuando no te sepas alguna respuesta no dudes en decir “no la se” en seguida di; “Peroooo” en cuanto la sepa te la digo, para cada objeción protestante hay una solida respuesta católica Bíblica e histórica, tenemos de nuestra parte a los mejores apologetas que ya han hecho el trabajo mas pesado; Pedro, Pablo, Ireneo, Atanasio, Jerónimo, Agustín, Crisóstomo, Aquino,Scheeben, Sheed, etc…
Concluyendo y puntualizando.
Los católicos debemos aprender a dialogar con las personas de distinta mentalidad. Ahora compartiré algunas reglas para el diálogo filosófico-religioso con personas de distinta mentalidad. Tomadas del libro “Cómo dialogar sobre la fe”, de Klemens Tilman, editado por Herder.
1. Fíjate en lo que quiere el otro.
2. Deja hablar al otro.
3. Ratifica lo que hay de verdadero en el pensamiento del otro, y defiéndelo como tu propio punto de vista.
4. Busca pronto la base común del diálogo.
5. Pregunta al otro.
6. Deja al otro la carga de la demostración.
7. No demuestres, sino muestra la posibilidad, luego la racionalidad, y por fin, la probabilidad de la verdad impugnada.
8. Considera que siempre hay una buena respuesta.
9. Habla del tema preciso.
10. Deja que hablen los hechos.
11. Debemos equipar a nuestros jóvenes con formulaciones sencillas y eficaces, que presenten la verdad de una manera atractiva.
12. Si eres objeto de burla, demuestra a otros la superioridad de tu causa.
13. No olvides los supuestos síquicos de la aceptación de la verdad cristiana.
14. Si adviertes en el otro una falsa actitud interior, busca ante todo cambiarla.
15. Habla en pie de igualdad.
16. Haz tuyos los deseos del otro.
17. No te salgas de la actitud del amor.
18. Busca responder con explicaciones amistosas ataques desabridos.
19. Date por satisfecho cuando el otro, al menos una vez, siente respeto ante alguna parte de la verdad.
20. Anima al otro en el camino a la verdad.
21. El resultado del diálogo no ha de ser un ser vencido a regañadientes.
22. Concentra tu posición en lo esencial.
23. Presenta al cristianismo como verdad liberadora y amor redentor de Dios.
24. Muestra lo que para ti significa la realidad.
25. Procura exponer la verdad subrayando su interés vital para el otro.
26. Habla de forma que tus palabras puedan ser ocasión para la gracia de Dios.
27. Da testimonio de vida cristiana.
28. Reza por el otro.
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