Es correcto llamar a Maria "Madre de Dios"?
Para muchos evangélicos se les hace difícil aceptar que los términos o títulos con los que honramos a María entre ellos “Madre de Dios” según ellos están mal aplicados, y que no deberíamos los católicos llamarle así. Entre las postulaciones que nos proponen los protestantes deberíamos llamarla “Vaso escogido” “Favorecida” “sierva fiel” “Elegida por Dios” entre otros, y no “Reina” “Siempre Virgen” Madre de Dios etc… En fin, nos proponen a los católicos una amplia gama de títulos que según nuestros hermanos separados, van mas de acuerdo de modo que no interfiera con el culto exclusivo dado a Jesús.
Para el evangelismo protestante resulta difícil aceptar esto porque su visión es bastante reducida debido a que ellos excluyen de raíz cualquier otro tipo de mediación que no sea la de Jesús, como también les resulta sorprendente como sus mismos padres reformistas como Lutero y Calvino defendieron la Virginidad de María y le reconocieron como Verdadera Madre de Dios;
Lutero;
Es consuelo y sobreabundante bondad de Dios que el hombre pueda exultar en semejante tesoro: María es su verdadera Madre... (Sermón, Navidad, 1522)
María es la Madre de Jesús y Madre de todos nosotros aunque Cristo solamente fue quien reposó en su regazo...Si Él es nuestro, debieramos estar en su lugar; ya que donde Él está debemos estar también nosotros y todo lo que Él tiene debe ser nuestro, y su madre es también nuestra madre. (Sermón, Navidad, 1529).
“Las grandes cosas que Dios ha realizado en María se reducen a ser la Madre de Dios. Con esto le han sido concedidos muchísimos otros bienes, que nadie podrá nunca comprender. De ahí se deriva todo su honor, toda su bienaventuranza y que ella sea en medio de toda la raza humana una persona del todo singular e incomparable. Ella ha tenido con el Padre celeste un niño, y un niño tal…Se comprende todo su honor, cuando se la llama Madre de Dios. Nadie puede decir otra cosa mayor de ella, aunque uno tuviera tantas lenguas como follaje tiene la hierba, como estrellas el cielo o arena las playas. Hay que meditar en el corazón lo que significa ser Madre de Dios”. Martín Lutero, Auslegung des Magnificat, 1522: LW 7,572
Calvino;
No se puede negar que en la elección de Dios y María destinada a ser la Madre de su Hijo, le concedió el más alto honor... Elizabeth llamo a Maria Madre del Señor, porque la unidad de la persona en las dos naturalezas de Cristo fue tal que ella podría haber dicho que el hombre mortal engendrado en el vientre de María como al mismo tiempo, el eterno Dios. (Calvini Opera, Corpus Reformatorum, Braunschweig-Berlin, 1863-1900, v. 45, p. 348, 35.)
Ulrich Zwingli (1484-1531), escribió:
A Ella le fue dado lo que no pertenece a ninguna creatura que en la carne ella portase al Hijo de Dios. Zwingli Opera, Corpus Reformatorum, Berlin, 1905, v. 6, I, p. 639.
Católicos y Evangélicos (La mayoría) aceptamos que El Verbo Eterno, La Segunda Persona de Trinidad se hizo hombre (Jn 1,1), lo cual significa que Jesucristo, tomó una naturaleza humana, permaneciendo al mismo tiempo como Dios. Jesús siempre ha sido Dios (Juan 8:58; 10:30), pero en la encarnación, Jesús tomó forma humana. Él se convirtió en un ser humano (Juan 1:14). Jesús es la suma de la naturaleza humana y la divina, es el verdadero Dios y verdadero hombre. Esta es la unión hipostática, Jesucristo, una Persona, totalmente Dios y totalmente hombre. Las dos naturalezas de Jesús, la humana y la divina, son inseparables.
"Hipostsis" es un término técnico de la teología cristiana que se usa para indicar que lo humano y lo divino están unidos en la persona de Cristo. Puede traducirse como "ser de un modo verdadero", "ser de un modo real", el Concilio de Alejandría (AD 362) lo definió como sinónimo de persona.
He aquí el texto principal de la carta segunda de San Cirilo a Nestório, que fue leída y aprobada en la sesión primera del concilio de Éfeso:
'No decimos que la naturaleza del Verbo, transformada, se hizo carne; ni tampoco que se transmutó en el hombre entero, compuesto de alma y cuerpo; afirmamos, más bien, que el Verbo, habiendo unido consigo, según hipóstasis o persona, la carne animada de alma racional, se hizo hombre de modo inefable e incomprensible y fue llamado Hijo del hombre, no por sola voluntad o por la sola asunción de la persona. Y aunque las naturalezas sean diversas, juntándose en verdadera unión, hicieron un solo Cristo e Hijo; no porque la diferencia de naturalezas fuese suprimida por la unión, sino porque la divinidad y la humanidad, por misteriosa e inefable unión en una sola persona, constituyeron un solo Jesucristo e Hijo. Porque no nació primeramente un hombre cualquiera de la Virgen María, sobre el cual descendiera después el Verbo, sino que, unido a la carne en el mismo seno materno, se dice engendrado según la carne, en cuanto que vindicó para si como propia la generación de su carne. Por eso (los Santos Padres) no dudaron en llamar Madre de Dios a la Santísima Virgen' (D IIIª).
Toda esta cuestión está en este sencillo razonamiento; Las madres son madres de la persona de sus hijos (compuesta de alma y cuerpo) aunque ellas proporcionen únicamente la materia del cuerpo, al cual infunde Dios el alma humana, convirtiéndola entonces en persona humana. Pero Cristo no es persona humana, sino divina, aunque tenga una naturaleza humana desprovista de personalidad humana, que fue sustituida por la personalidad divina del Verbo en el mismísimo instante de la concepción de la carne de Jesús. Luego María concibió realmente y dio a luz según la carne a la persona divina de Cristo (única persona que hay en El), y, por consiguiente, es y debe ser llamada con toda propiedad Madre de Dios.
No importa que María no haya concebido la naturaleza divina en cuanto tal (tampoco las demás madres conciben el alma de sus hijos), ya que esa naturaleza divina subsiste en el Verbo eternamente y es, por consiguiente, anterior a la existencia de María. Pero María concibió una persona "Como todas las deams madres" Jesus no era humano sino divino síguese lógicamente que María concibió según la carne a la persona divina de Cristo y es, por consiguiente, real y verdaderamente Madre de Dios.
Enseña la filosofía que as verdadera madre aquella de la que por generación nace un hijo, María genera a Cristo según la naturaleza humana, pero de quien ella nace as decir, el sujeto nacido no as una naturaleza humana sino el supuesto divino quien la sustenta ósea el Verbo, nunca se dice que la naturaleza humana as nacida o engendrada, ni que es madre de tal o cual naturaleza, sino del sujeto que de ella nace, de ahí que si el hijo de María es propiamente el Verbo que subsiste en la naturaleza humana María es verdadera Madre del Verbo supuesto personal de ambas naturalezas.
Sabemos por la Sagrada Escritura y por la tradición que Jesús, el Hijo de María, es el Unigénito Hijo de Dios. Tiene naturaleza humana, que recibió de su Madre, y es por consiguiente, hombre como nosotros. Pero no es persona humana; es persona divina y hombre a la vez, que subsiste no sólo en la naturaleza divina, que recibe por toda la eternidad de su Padre Eterno, sino también en la naturaleza humana, que ha recibido, en el tiempo, de su Madre humana. María, al engendrar a su Hijo, no engendró una. persona humana. Mas el hecho de dar una naturaleza humana a la segunda persona de la Santísima Trinidad nos dará derecho a decir que María engendró a la persona divina y que es Madre de Dios.
Escuchemos a Santo Tomas exponiéndolo admirablemente;
"Como en el instante mismo de la concepción de, Cristo la naturaleza humana se unió a la persona divina del Verbo, síguese que pueda decirse con toda verdad que Dios es concebido y nacido de la Virgen. Se dice en efecto que una mujer es madre de una persona porque ésta ha sido concebida y ha nacido de ella. Luego se seguirá de aquí que la bienaventurada Virgen pueda decirse verdaderamente Madre de Dios. Sólo se podría negar que la bienaventurada Virgen sea Madre de Dios en estas dos hipótesis: o que la humanidad de Cristo hubiese sido concebida y dada a luz antes de que se hubiera unido a ella el Verbo de Dios (como afirmó el hereje Fotino), o que la humanidad de Cristo no hubiese sido tomada por el Verbo de Dios en unidad de persona o hipóstasis (como enseñó Nestorio). Pero ambas hipótesis son erróneas; luego es herético negar que la bienaventurada Virgen sea Madre de Dios."
Y a aquellos que al igual que el herejías como las del Monofisismo que enseñó que solo había una naturaleza en la persona de Cristo, “la divina” como muchos evangélicos hoy en día que presentan la objeción de que Cristo se llama y es Dios por su naturaleza divina y ésta no comenzó a existir cuando se encarnó en María, sino que ya existía desde toda la eternidad, y, por lo mismo, no debe llamarse Madre de Dios a la Virgen, soluciona y responde el Doctor Angélico magistralmente:
'Se dice que la bienaventurada Virgen es Madre de Dios no porque sea madre de la divinidad (o sea, de la naturaleza divina, que es eternamente anterior a Ella), sino porque es Madre según la humanidad de una Persona que tiene divinidad y humanidad'.
Aunque lo dicho hasta aquí es muy suficiente para dejar en claro la maternidad divina de María, vamos a recoger para mayor abundamiento la clarisima exposision de un Mariologo contemporaneo;
Decimos que Santa Mónica fue madre de San Agustín. San Agustín es una persona, y preguntamos: '¿Quién es su madre?', o '¿De quién es madre?' Quién y de quién solamente se refieren a personas. Así, pues, vemos que nuestra manera ordinaria de hablar acerca de una madre y su hijo indica que la relación de madre a hijo es relación de persona a persona. Dicho de otro modo: el ser concebido por una mujer es una persona. Sin embargo, es verdad que una madre no es la causa del alma o de la personalidad de su hijo sino en tanto en cuanto proporciona la materia, de tal manera dispuesta que exija la creación del alma de su hijo inmediatamente por Dios. Más: aunque la madre no sea la causa total de su hijo, aun cuando lo que le de por su propia adecuada actividad no es el alma ni la personalidad del hijo, sino la carne de su naturaleza humana, no obstante es verdaderamente su madre, la madre de la persona de su hijo. Aun cuando lo que ella da es sólo parte del hijo, ella es la madre del hijo entero.
Si María hizo por Jesús tanto como cualquier madre humana hace por su hijo, entonces María es tan madre de la persona de Jesús como cualquier mujer es madre de su hijo. El hecho de que Jesús no tuviera padre humano no hace a María menos madre. La diferencia esencial entre maternidad puramente humana y maternidad divina no es que Maria hizo algo más o algo diferente en la concepción de su Hijo. Es simplemente esto: que el Hijo de María es una persona divina, mientras que el hijo de una mujer ordinaria es una persona humana.
Sabemos que sólo Dios puede crear el alma de un niño y hacer al alma y al cuerpo existir como una naturaleza humana completa en sí misma; en otras palabras: sólo Dios hace a la naturaleza humana existir en la persona humana. La personalidad es el término de la generación humana, como don de Dios más bien que producida en virtud de dicha generación. De aquí que la maternidad humana no queda lesionada ni comprometida si Dios crea al alma en la carne proporcionada por la actividad materna, de tal manera que la naturaleza humana resultante no exista completamente en sí como tal persona humana, sino asumida por una persona divina. Si, en lugar de dar una personalidad humana como término de la actividad materna, Dios da la persona divina de su propio Hijo para ser envuelta en la carne de una mujer, entonces, lejos de lesionar su maternidad, este acto de Dios eleva esa maternidad a una 'dignidad casi infinita', porque tal madre lleva en su seno al Hijo más perfecto que pudiera nacer.
La divina maternidad nos lleva directamente al corazón del misterio cristiano; La insondable verdad de que Jesucristo es a la vez verdadero Dios y verdadero hombre, en quien la naturaleza humana, recibida de su Madre humana, y la naturaleza divina, recibida de su Padre Eterno, se unen en la única persona del Hijo de Dios. Si Jesús no es verdadero hombre, María no puede ser verdadera madre; si el Niño Jesús, nacido de María, no es persona divina y Dios mismo, María no puede ser llamada Madre de Dios' (P. Gerald Van Ackeren).
En resumen: la Santísima Virgen María es real y verdaderamente Madre de Dios porque concibió en sus virginales entrañas y dio a luz a la persona de Jesús, que no es persona humana, sino divina.
Que Dios te bendiga...
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